Coordinador ofensivo: Todd Haley ****
Una de las mentes más brillantes que hay en las bandas de la NFL, pero también una de las personalidades más complejas y más difíciles de tratar. Sus esquemas son fascinantes y han conseguido que Pittsburgh sea una máquina de sacar yardas por las cuatro esquinas del campo. Pero la relación con sus jugadores siempre está en la cuerda floja.
Estrella ofensiva: Antonio Brown
La tremenda velocidad de Brown, y el gusto de Big Ben por los pases profundos, le han convertido en un receptor casi imparable y en una máquina de sumar yardas y anotaciones en la end zone.
Quaterbacks *****
Roethlisberger viene de realizar su mejor campaña estadística. Su club le ha recompensado con una extensión de contrato que prácticamente garantiza que se retirará como steeler. Big Ben es un QB de 5 estrellas, con el que Pittsburgh puede aspirar a todo. Además, debe estar relamiéndose ante el arsenal ofensivo que han puesto a su disposición. El problema es que su carácter indómito le hace sentirse inmortal y forzar demasiado las jugadas, lo que deriva en lesiones. Conscientes de este riesgo, la franquicia dispone de probablemente el mejor fondo de banquillo de toda la división: Gradkowski, un trotamundos que rechazó mejores oportunidades por terminar su carrera en su ciudad natal; y Jones, 4ª ronda de 2013, cuya continuidad puede amenazar Boyd.
Línea ofensiva *****
Mucho se ha criticado tradicionalmente a la línea ofensiva de los Steelers, pero pocos caen en la cuenta de lo complicado que resulta proteger a un QB que prolonga las jugadas hasta el extremo. En esta tesitura, brilla con luz propia Beachum, una “undersized” joya de 7ª ronda convertido en uno de los mejores LT de la liga. También van cargadas de talento las posiciones de center y RG con dos jóvenes jugadores a la altura de las expectativas por las que fueron elegidos en 1ª ronda. En el RT, Gilbert empieza a rendir como se esperaba, pero aún podría aportar un poco más. Sin embargo Foster, siendo un buen jugador, creo que ya ha alcanzado su techo. El buen trabajo de Munchak, el entrenador de la unidad, se demuestra no sólo en la disminución del número de sacks encajados sino en la mejoría experimentada en el juego de carrera. El problema está en el banquillo. El OT Adams ha sido un fracaso, y es lo mejor que hay.
Corredores ****
Los Steelers siempre se han caracterizado por tener unos excelentes RBs pero Bell va un paso más allá. No sólo es de los mejores corredores de la liga, sino que es muy productivo recibiendo fuera del backfield. Al final de la pasada campaña se convirtió en el motor del equipo y su ausencia por lesión en wildcard fue una de las causas de la derrota acerera. Conscientes de este problema han traído al veterano Williams, quien será el titular durante la sanción a Bell.
Receptores ****
Brown es un peligro imparable. Líder de la NFL en 2015 en número y yardas de recepción, igual de fácil se libra de su marcador que provoca el caos con el balón en sus manos (5ª de la liga en yardas tras la recepción). Una estrella que no está pagada como merece, y así lo ha expresado ya al club. Lo normal es que alcancen un acuerdo, pero por si acaso draftearon a Coates. No son jugadores intercambiables (Coates es más alto y físico, pero menos elusivo), aunque aportará profundidad. Algo que no parecía imprescindible, porque Bryant y Wheaton habían mostrado potencial para aprovechar la atención que despierta Brown. Otra cosa es dar el salto a ser el WR principal si cae éste, porque ninguno de los jóvenes, ni mucho menos el veterano Heyward-Bey, tienen aún capacidad para asumir este papel. Interesante también qué planes pueden tener para Dri Archer, un híbrido RB/WR, últimamente tan de moda en todos los equipos.
Tight ends **
El buen hacer de Miller no es suficiente para aprobar una unidad muy veterana que deberá confiar en la evolución del rookie James para ser competitiva en una NFL donde cada vez más, los tight end tienen un papel fundamental en las ofensivas. Miller es un socio habitual de Big Ben, y principal válvula de seguridad, pero tiene ya 32 años. Spaeth, 31 años, es más bloqueador que receptor. Los jóvenes Blanchflower y Egnew no parecen la solución. El futuro pasa por James.