El fútbol da algunas veces segundas oportunidades. Las Sub-19 podrán tomarse este lunes (18:40, Eurosport), en el estadio de Netanya, en Israel, la gran revancha ante Suecia, que en 2012 les arrebató el título en Turquía. Entonces su seleccionador era Ángel Vilda y Suecia ganó 1-0 en la prórroga. Tres años después el destino ha querido que sea su hijo Jorge el que guíe a España en la que será su quinta final en un Europeo Sub-19, tras las disputadas en 2000 (aún como Europeo Sub-18), 2004, 2012 y 2014.
España ya sabe lo que es ganar un Europeo de la categoría. Lo hizo en 2004, ante Alemania, en una selección en la que estaban Vero Boquete, Natalia Pablos y Ruth García, jugadoras que disputaron el último Mundial de Canadá.
Han pasado once años desde entonces y las futbolistas de las categorías inferiores no han dejado de ganar medallas. La última fue la Sub-17, que hace unas semanas se proclamó campeona de Europa en Islandia. Muchas de las jugadoras que hoy lucharán por el título han jugado hasta tres finales, dos como Sub-17, en el Europeo y el Mundial, y una como Sub-19, la del año pasado, tras caer por 1-0 ante Holanda.
Es la tercera final de la Sub-19 en cuatro años, tras las de 2012 y 2014. Nueve de las jugadoras que hoy estarán en Netanya fueron subcampeonas Sub-19 el año pasado. Por todo esto las jugadoras tienen una consigna: “Esta final no se puede escapar”. Para ello deberán hacer frente a una Suecia poderosa, con una delantera, Blackstenius, determinante por su físico y por su desborde. La final enfrentará a dos tipos de fútbol, el físico de las nórdicas frente al técnico y de toque de las españolas.
Pero España es un equipo con mayúsculas, donde todas suman. Su garra y pundonor no tienen límites y algo más importante, estas jugadoras están convencidas de que ha llegado su hora. Estarán en el próximo Mundial Sub-20, pero antes quieren ser campeonas de Europa, como hace unos días lo fueron los Sub-19 y las Sub-17.