Panamá terminó la Copa de Oro en tercera posición después de vencer a Estados Unidos en la lucha final de consolación. Los panameños fueron mejores que los estadounidenses, pero se llegó al final del partido con empate (1-1). La prórroga no dictó sentencia, algo que sí hizo la tanda de penaltis en favor de los panameños.
Panamá saltó al césped con ganas de comerse el mundo. Ya antes de llegar al estadio dejaron bien a las claras cuales iban a ser sus intenciones. Llevaban una camiseta en la que se podía leer: "Respetemos el fútbol, la dignidad no se compra", en clara referencia al arbitraje sufrido en semifinales ante México. Y con esas ganas empezaron a dominar el choque. Tanto que las mejores ocasiones eran panameñas, pese a que se esperaba que EE UU, molesto tras su eliminación frente a Jamaica, se desquitase. Pero no fue así. Al menos de inicio. Panamá gozaba de las mejores ocasiones e incluso pudo irse al descanso con ventaja en el marcador, pero la jugada de Cooper la sacó un zaguero estadounidense cuando se cantaba el primer tanto del partido.
Sin embargo, en la segunda mitad Panamá no perdonó. Contra rapidísima que Roberto Nurse gestionó a la perfección. Velocidad de arranque, frenazo para dejar sentado a su marcador y definición con la izquierda. Los panameños se ponían por delante en el marcador, pero poco le duró la alegría ya que 15 minutos después Dempsey hacía el 1-1 a pase de Yedlin. El gol, lejos de minar la moral panameña, la activó, y acto seguido estuvo cerca de empatar. Eran los mejores minutos del encuentro. Un toma y daca que no tuvo premio por ningún bando, lo que hizo que se llegase a la prórroga.
En la media hora de prolongación el juego se endureció un poco. Los piques y el cansancio físico hizo que el encuentro se afease y, sin apenas ocasiones, se llegó a la prórroga. Ahí fueron mejor los panamemos, que sólo erraron uno de sus lanzamientos. Estados Unidos falló tres y la victoria cayó para Panamá.