—Hay quien dice en España que la Fórmula 1 empieza en 2003, un 24 de agosto. ¿Recuerda qué pasó?
—Ya lo creo que sí. Bueno yo creo que nació antes, pero sí es cierto que desde 2003 o desde esa primera victoria en Hungría cambiaron algunas cosas y ahora es un deporte mucho más conocido.
—Cuenta la leyenda que antes de viajar a Budapest le dijo a su abuela, ‘tranquila que esta carrera la gano yo’…
—No recuerdo exactamente ahora mismo si lo dije así o no, pero se lo decía casi todas las carreras y no se cumplía tan a menudo como quería. Ese día sí, salió todo bien.
—Había logrado la segunda pole de su carrera, pero después fue fundamental lo que hizo Webber, su gran amigo desde entonces…
—Ese día lo fue más que nunca, la pole fue importante, pero en la carrera no las tenía todas conmigo porque el ritmo no era ideal. Que Webber se pusiera segundo en la salida, que se colase ahí me vino muy bien porque hizo tapón y pude escaparme y coger un buen espacio después de la salida.
—En aquella F-1 había más variables, se podía hacer la pole con menos gasolina, había que entrar a repostar… y entonces sale detrás de Raikkonen y teme por la victoria.
—Claro que sí, no tenía claro que pudiéramos ganar, era un momento importante porque teníamos una oportunidad, pero hacer podio era más real. Era lo que queríamos asegurar, la victoria era un extra, pero al final salió todo bien.
—Primera victoria y doblando a Schumacher.
—Ehh, sí.
—En fin, lo que se solía hacer por entonces…
—(Risas) No, no. Lo que pasa es que estás tan concentrado en ese momento… Faltaban sólo diez vueltas y el doblar a uno u otro no le das importancia, pero cuando acabas y todas las preguntas eran sobre cómo había sido la sensación de doblar a Schumacher, pues no sabía qué decir, estaba más contento por la victoria que por doblar a Michael, pero sí fue un momento diferente, chulo.
—Y llega la última vuelta.
—Uff, sí, pensaba mil cosas en esos momentos, las ultimas diez vueltas se me hicieron eternas: que no le pasara nada al coche, que no hubiera problemas mecánicos... Iba casi por el centro de la pista sin tocar los bordillos ni nada, para no forzar y lograr la victoria.
—Y entonces hizo por primera vez aquellos ‘pajaritos’…
—Sí, era una señal para mi abuela que siempre hacía o hago cuando gano. Tengo que refrescarlo, ojalá llegue pronto el momento... Y también era de una serie de cuando era pequeño, el Chavo del ocho.
—¿Se siente ahora como ante un nuevo inicio?
—No, creo que no, cuando llegas a la F-1, todo es nuevo, todo te sorprende y tienes ganas de destacar para hacerte un hueco. Ahora estoy en un nuevo proyecto, es cierto, con McLaren Honda, intentamos desde cero, desde abajo, llegar a la cima, pero te sientes un poco más seguro, diferente, no todo es nuevo como cuando llegas, que todo sorprende.
—¿Ha imaginado esa primera victoria con McLaren Honda?
—No, la verdad es que aún no la visualizo.
—Visualice, Fernando…
—No, no la tengo como un objetivo que tiene que llegar este día o aquel. Es algo que llegará si tiene que llegar, si las cosas se hacen bien, hay tanto trabajo por delante que la victoria si tiene que llegar, llegará.