Athletic y Betis empataron a uno en un amistoso con pinta ya de partido liguero pero que resultó light, por la cantidad de titulares que le faltaban al equipo vasco y la de refuerzos, por lo que comprobó otra vez, que necesitará el Betis si quiere comenzar el campeonato con garantías.
La urgencia verdiblanca no está en ese delantero (Osvaldo) del que se lleva hablando toda la semana, sino en uno o si puede ser dos extremos rápidos y con desborde. Disuelto en pasecitos internos, casi inofensivo, el mejor once que ahora mismo puede colocar Mel en el campo no pudo nunca y sufrió con otra alineación, la del Athletic, mucho más experimental.
Valverde mira más que de reojo al inicio de las eliminatorias europeas y dispuso un equipo repleto de meritorios como Eraso, Sola, Viguera, Lekue y Saborit. Independientemente de las piezas, el Athletic juega casi de memoria, con las ideas claras. También en el balón parado: así fue como hizo a poco de empezar el 1-0, tras un cabezazo de Bóveda al palo que remachó Sola.
Petros debe adaptarse al fútbol europeo y Tarek, al de elite. A Digard, que jugaba sus primeros minutos, le falta rodaje. Por ahí no le llega de momento la fuerza a este Betis, que bien pudo recibir algún otro gol en la primera mitad si Eraso o Sola aciertan en boca de gol.
Mejoró algo el equipo de Mel tras el descanso. Un chut lejano de Portillo y un uno contra uno de Rubén obligaron a estirarse a Herrerín. El aluvión de cambios descabalgó casi del todo al Athletic, salió gente en chanclas como Laporte y San José. Fabián, confirmó que pide paso: suya fue la jugada del empate a uno, que remachó Cejudo. El Betis coleccionó varias ocasiones pero fue Sola el que, ya casi con el pitido final, pudo dar la victoria a los de Valverde.