Los escándalos arbitrales continúan en la Copa Oro y el beneficiado volvió a ser México, que se metió en la final tras derrotar a Panamá con dos penaltis rigurosos, el primero de ellos en los últimos minutos del tiempo reglamentario y cuando los mexicanos ya se veían fuera del torneo. El colegiado Mark Geiger, sin embargo, decretó penalti por una supuesta mano de Torres al caer de espaldas sobre el balón, lo que desató el descomunal enfado de los panameños, que amenazaron incluso con retirarse del campo. Hay que recordar que México ya eliminó a Costa Rica en cuartos con un penalti inexistente en el tiempo extra de la prórroga, en el minuto 123.
El partido fue fiel reflejo de los problemas que está teniendo México a todos los niveles. La línea de tres centrales y la presencia de Jonathan dos Santos como mediocentro posicional no funcionan y volvió a quedar claro. Además, los fallos defensivos a balón parado en contra son una constante y en una jugada así Panamá, que jugaba con diez por la roja directa a Tejada mediada la primera parte, se adelantó en el marcador. Torres estuvo más listo se el Maza Rodríguez y desató los nervios en el conjunto azteca. Los mexicanos lo intentaron, pero apenas pudieron inquietar peligro incluso jugando con un hombre más. Así, en los últimos minutos llegó la decisión que cambió el rumbo del partido. El supuesto penalti de Torres lo anotó Guardado y en la prórroga, de nuevo de penalti y de nuevo con algunas dudas, el propio jugador del PSV certificó una clasificación salpicada por el escándalo arbitral, el que rescató a México y propició que al menos uno de los dos grandes de la CONCACAF juegue la final del próximo domingo. Jamaica será el rival de los mexicanos.