La pasada semana estuvo llena de amor, lágrimas y un reencuentro tan emotivo como esperado. Brett Favre recibió el máximo honor que una franquicia de la NFL puede otorgar a un jugador, su número fue retirado, el 4 del de Mississippi jamás volverá a ser utilizado en el conjunto de Wisconsin.
Se me ocurren muy pocos escenarios a nivel mundial en los cuales se perdonarían las notas finales de la carrera de Brett Favre en Green Bay, con su posterior paso por los Minnesota Vikings. Si algo así ocurriese entre Cowboys y Redskins, se me hace imposible pensar que su número fuese retirado. En Green Bay se siente este deporte de forma distinta, perdonar y recibir con los brazos abiertos al jugador que resucitó a la franquicia es cuanto menos lógico, una característica no muy común a estos niveles.
Pero no sólo han sido los Packers, el reconocimiento hacia Favre es global, toda la NFL respeta y endiosa su figura. Siendo su correosa retirada una de las "serpientes del verano" favoritas durante años y años de offseason. Es aquí cuando entra nuestro protagonista, porque aunque nos encanta hablar de Brett Favre, eso es cosa de la NFC Norte y aquí hablamos del Este.
Soy valenciano y valencianista, por lo que la afición de Philadelphia siempre ha sido muy familiar para mí. El Valencia es reconocido en España por ser una grada exigente, demasiado, curiosamente lo mismo que la de los Eagles, Phillies, Sixers, Flyers y Union, vamos, la ciudad de PHILADELPHIA.
La historia de Donovan McNabb en la ciudad del amor fraternal comienza en 1999, cuando es elegido con el número 2 del Draft procedente de la universidad de Syracuse. Desde el primer momento iba a recibir el "calor" de la grada, los abucheos eran notorios, la grada quería a Ricky Williams pero la primera elección de Andy Reid en la historia de los Eagles iba a ser un QB, el que prácticamente le acompañaría hasta su final.
Una persona muy reconocida en esta web se destacó por ser un ferviente crítico de McNabb, los últimos años de su carrera parecen haberle dado la razón. Pero no debemos olvidar que ya sea por inercia propia o empujado por un sistema fresco y potente por aquel entonces como el de Andy Reid, Donovan McNabb fue durante años uno de los cinco mejores QB's que había en la NFL.
¿Qué consiguió Donovan McNabb?
- Entre sus muchos logros está el haber conseguido dominar junto a su equipo una división explosiva e imprevisible como es la NFC Este.
- Acumuló un record en Playoffs de 9 victorias y 7 derrotas. Llegó a cinco finales de conferencia, de la cual ganó sólo una y se quedó a nada de ganar la Superbowl. Siempre me imagino como hubiese sido ese encuentro con un Terrell Owens al 100% y no lastrado.
- En 13 años de carrera (los dos últimos con Washington y Minnesota) consiguió un record de temporada regular de 98 victorias, 62 derrotas y 1 empate. 234 TD's, 117 INT's y 37.276 yardas de pase, además de 3.459 yardas de carrera y 29 TD's.
- Quiero hacer mención a ese empate, un encuentro ante los Bengals que nos dejó una anécdota inolvidable de la cual McNabb fue protagonista. Tras el final de la prorroga la cara de McNabb era un poema, no podía creerse que el encuentro no continuase, y es que parece que en su cabeza el empate no formaba parte del reglamento.
Si comparamos sus logros y estadísticas con QB's que han estado en el Hall of Fame vemos que no sale mal parado, es más, sus números son iguales o superiores a los de muchos. Pero el anillo, un anillo, sea el deporte que sea, lo es todo en Estados Unidos para cambiar la mentalidad y percepción que todo el mundo tiene sobre ese jugador.
De igual manera, Donovan McNabb tampoco tiene a su favor la comparación más valida, la de sus contemporaneos.Peyton Manning, Tom Brady, Ben Roethlisberger, Kurt Warner o Drew Brees o Brett Favre. Todos de una forma u otra están por encima de Donovan McNabb, el cual tiene argumentos convincentes para ser Hall of Famer, pero viendo el nivel de sus semejantes, le falta el anillo.
Personalmente a día de hoy situaría a Donovan McNabb a un nivel similar al que tiene Eli Manning, el cual en caso de retirarse sí tendría "dos" argumentos muy convincentes para ser considerado Hall of Famer.
Donovan McNabb no terminó su carrera en la NFL como le hubiese gustado, además de que su carrera como comentarista en la FOX ha terminado tras haber dado hace unas semanas un positivo por conducir bajo los efectos del alcohol. Pasaran los años y posiblemente su figura pase de cierta forma desapercibida a los ojos del gran público, pero no en Philadelphia, donde el número 5 fue retirado.
Y es que si te ganas el corazón de una afición exigente, jamás perderás su cariño.