Me cuesta mucho asimilar esta realidad, pero en la vida siempre hay que ser justos. Dentro de la lucha libre, con más razón. Y voy a admitirlo desde el inicio: por más de 10 años he tenido varios comentarios, sobre todo negativos, contra John Cena. Nunca me gustó su estilo de pelea, ni los personajes que fue asumiendo, ni el exagerado empuje que le dio la WWE para vender camisetas, ni nada relacionado a él. Siendo honestos, sostenía la gran parte de sus combates con solo 5 sencillos movimientos. A veces, ni vendía bien las historias y varios etcéteras más. Pero, no puedo negar que, a pesar de lo limitado que me pueda parecer, siempre demostró ser un profesional fuera y dentro del ring. Entrega y sacrificio. Atleta 100%. Y otra cosa que tampoco puedo negar es que su último regreso ha sido positivo y, sorprendentemente, salvador. ¿Cómo así? La pelea del último martes contra Shinsuke Nakamura tiene la respuesta.
Fue un combate distinto. Vimos una riña ágil, de respuesta inmediata, con dos estilos completamente marcados. Al margen de que Nakamura ganó, se pudo ver un Cena mucho más rápido, consolidado y dispuesto a sobrecargar a una estrella con la calidad que tiene el nipón. A lo que me refiero es que gracias a su experiencia y desempeño mostrado esa noche, logró salvar un show que ha estado de capa caída en las últimas semanas. Sí, léalo bien, John Cena salvando un evento.
Esta pelea también sirvió como un ejemplo del trabajo que viene realizando la WWE con la imagen de Cena. Ambos llegaron a un compromiso tácito en el que ya no importa tanto seguir sumando victorias, sino recuperar o ganar nuevos fanáticos. Su empeño es tal que los intereses que ahora tiene son proyectar calidad, al margen de cómo se den los resultados. Sino, Nakamura no le hubiera pedido disculpas por aplicarle mal un suplex, en donde terminó por caer todo el peso de su cuerpo sobre la nuca. Respeto. Punto para el ‘Marino’.
Ahora bien, Cena se encuentra en calidad de ‘agente libre’. En otras palabras, no pertenece ni a Raw o SmackDown y eso significa que sus apariciones pueden ser en cualquier momento. Pero, todo tiene un trasfondo y es que sabe que su momento ya pasó. Así lo explicó en una entrevista con la revista Complex.
"Soy agente libre porque sé que mis días en WWE están contados. Acabo de cumplir 40 años y no sé cuánto tiempo más me quede por luchar. Además, hay mucha gente joven y con talento que necesita la exposición", declaró.
Me queda claro que Cena quiere asumir otro rol: el ser visto como una catapulta para otras estrellas que recién se están incorporando al mundo de la WWE. Si va por ese camino, excelente. Al parecer, sabe que esa proyección de superhéroe ya no encaja dentro de su métrica. El público no quiere verlo más como la estrella. Finalmente, se dio cuenta y eso hay que valorarlo.
No es un misterio de que seguirá vendiendo camisetas con su firma. Que seguirá siendo el preferido de los niños. Pero, por lo menos ahora está velando por el respeto al verdadero fanático, ese que no busca verlo ganar y ganar como si fuera una casa de apuestas.
Sin duda, el hecho de que John Cena sea ahora el salvador deja mucho que desear del estado en que se encuentra la WWE. No sé cuánto tiempo más podrá aguantar y si el público también lo pueda soportar. Pero, por lo menos tiene claro que su retiro ya está cerca. Lo cierto es que si sigue pensando de esa forma, es justo decir que nos reservaremos la costumbre de recibirlo al ritmo de ‘John Cena Sucks’ por un buen tiempo. Se lo ha ganado.