Varias transacciones fraudulentas consecutivas a finales del pasado año dejaron de la noche a la mañana a los tres principales bancos de Moldavia sin 1.000 millones de dólares. Fue el mayor golpe que jamás sufrió una de las naciones más pobres de Europa y supuso una pérdida equiparable al 12,5% del producto interior bruto. Meses después aún se desconoce quién fue el autor de los hechos, pero se sospecha que el cabecilla podría haber sido un joven empresario de 28 años llamado Ilhan Shor. Nacido en Israel, judío, excéntrico, casado con una conocida cantante rusa de nombre Jasmin, el hombre de negocios del que todo el mundo sospecha en Moldavia es ahora noticia en el país porque el equipo de fútbol que preside es la auténtica revelación de las primeras rondas de la Champions.
El Milsami, creado hace sólo una década, en 2005, y campeón moldavo la pasada temporada por primera vez, eliminó al Ludogorets búlgaro tras ganarle los dos partidos, tanto en la ida fuera como en la vuelta en casa. Un resultado sorprendente, pues el Ludogorets jugó el curso pasado la fase de grupos –fue rival del Madrid- y había hecho esfuerzos considerables por reforzar su proyecto. Sin embargo, en el remoto Complexul Sportiv Raional, en Orhei, con capacidad para únicamente 2.539 espectadores, los búlgaros tuvieron que hincar la rodilla ante el modesto conjunto del magnate y banquero judío. Los goles de Andronic y Racu remontaron el inicial de Wanderson y de este modo el Milsami se metió en una ronda en la que ya habrá equipos de enjundia como Basilea, Ajax, Brujas, CSKA de Moscú, Fenerbahçe o Shakhtar.
En Orhei, ciudad al este de Moldavia de sólo 33.500 habitantes, muchos de los descendientes judíos llegados tras la Segunda Guerra Mundial disfrutan del fútbol como nunca antes habían hecho. La creación de un equipo hace diez años por parte de su vecino más ilustre les mete de lleno en la emoción de la Champions. Poco les importan ya las sospechas de que Shor estuviera involucrado en el saqueo a los bancos. “No tuve nada que ver”, ha dicho. Y el fútbol, capaz de que el equipo 313 del ránking UEFA sea la revelación de la Champions, se encarga de exculparle de cara a los incrédulos.