La secretaría técnica del Depor trabaja a fondo para lograr la contratación de futbolistas ofensivos, la gran carencia de la actual plantilla de Víctor. Uno de los frentes más activos y cercanos es Cani. El mediapunta no entra en los planes de Marcelino y se entrena en solitario en una difícil situación que el Villarreal camufla como una ampliación de sus vacaciones.
El problema para su llegada es su elevado salario, que está en torno al millón de euros y que se amplifica ya que le quedan dos años de contrato. En un primer momento se planteó la posibilidad de una rescisión, pero no hubo acuerdo por las altas cantidades.
Ante este obstáculo, la vía elegida es la cesión. Villarreal y Depor ya están negociando directamente y el punto a resolver es la cantidad de la ficha que asumiría el club coruñés. El jugador aceptaría esta fórmula, aunque no rebajará sus emolumentos. Cani tiene al Depor como primera opción, ya que las ofertas del extranjero, superiores en lo económico, implican una desvinculación que está casi descartada.
Villarreal como Deportivo sí coinciden en un punto: intentar que la negociación sea rápida. Para los amarillos, porque la tensión entre Cani y Marcelino es una bomba de relojería de la que se quieren deshacer. Víctor, por su parte, quiere al jugador en A Coruña cuanto antes, ya que a sus 33 años estar entrenando por su cuenta no es la mejor pretemporada posible.
Otros dos frentes del Depor están en Portugal. Por un lado Sidnei, que ayer estuvo en A Coruña y con el que se espera firmar en breve tras un acuerdo con el Benfica (le queda un año) y Gestifute, su empresa de representación y poseedora de parte de sus derechos. Además, Salomao está a un paso rescindir con el Sporting de Portugal y poner rumbo a Riazor.