España cayó en Vladivostok y jugará, del 18 al 20 de septiembre en Dinamarca, por escapar en octubre de un playoff de descenso a tercera de la Davis. En el mejor de los casos, no se peleará por la Ensaladera hasta el 2017. Crisis federativa aparte, el hecho es que la mayoría de los tenistas ha dado la espalda a la competición. Esté el capitán que esté. Y no es previsible que se recurra a la Ley del Deporte para obligarles a jugar. Ni desde el Consejo Superior de Deportes. "Las federaciones tienen que tratar de empatizar con sus deportistas", es la respuesta de Miguel Cardenal.
Ausencias de Nadal. El líder anunció un "fin de fiesta" al lado de Ferrer, Feliciano y Verdasco tras la quinta Ensaladera en 2011. Desde entonces, sólo ha jugado una eliminatoria de nueve. Se comprometió con Moyá a ir a Brasil, pero no se recuperó. Reapareció 15 días después en Pekín. Con Gala no pensaba ir. Conchita, nueva capitana, le consultó, pero tras caer en segunda ronda en Wimbledon le dio un 'no'. Ayer anunció que jugará desde el lunes en Hamburgo. En principio, se ha comprometido a acudir a Dinamarca.
La boda de Feliciano. Feliciano López (19º del ránking y tercero en el escalafón) fue el más crítico con la Federación. Se casó el viernes en Toledo. Y en la boda estuvieron Ferrer (no había jugado Wimbledon por lesión de codo pero entró en la primera lista de Conchita), Verdasco (33º) y Granollers (71º), habitual pareja de Marc López, por lo cual se rompió el dobles. Esta semana, el primero juega en Bastad y el segundo en Umag, donde también estará Bautista (22º), que tampoco fue a Rusia. Los jóvenes (Carreño, con 24 años es el de menos edad entre los top-100) no aseguran el relevo.