En una campaña en la que Max Scherzer, el pitcher de los Washington Nationals, nos ha maravillado por el impacto total que ha tenido en el conjunto capitalino, su gran rival en la jornada del sábado, Zack Greinke, demostró de lo mejor manera posible que el título de mejor pitcher diestro de la competición sigue vacante y que él lo quiere de forma inmediata.
Zack Greinke acumuló en su duelo contra Scherzer su sexto encuentro consecutivo en el que no concedía ni una sola carrera, algo que sólo ha sucedido tres veces desde 1900. Don Drysdale en 1968 y Orel Hershiser en 1988 lo hicieron antes que Greinke.
El jugador de Los Ángeles Dodgers tiene ya en su poder una racha de 43 entradas y dos tercios desde que cediera su última anotación el 13 de junio contra San Diego. Para ponerlo en perspectiva, en ese período de tiempo, Estados Unidos ganó el Mundial de fútbol femenino, los Golden State Warriors ganaron la final de la NBA y J.D. Martínez de los Tigers ha logrado 15 home runs mientras tanto.
Resulta complicado explicar el motivo por el que Greinke está haciendo historia con su marca de 9-2 y efectividad de 1.30 y, al mismo tiempo, posicionarse para la lucha por el premio Cy Young, el galardón que premia al mejor lanzador de la cada una de las dos ligas y, que en la Nacional, su gran favorito hasta la fecha, Max Scherzer, ya no lo es tanto.
La cuestión es que todo su arsenal de soberbios lanzamientos le está funcionando a la perfección, limitando los posibles que haya cometido a la mínima expresión y que la Diosa Fortuna le está sonriendo como a pocos porque es extraordinariamente complicado no ceder nada, absolutamente nada durante una etapa tan larga.
Su gloriosa racha no se ha visto cuestionada hasta la aparición de unos comentarios de Bryce Harper, que se mostraba no tan impresionado por Greinke gracias a la ayuda que tuvo, según él, del árbitro del home en el choque le enfrentó. Eso sí, Harper añadió luego que Greinke era un pitcher muy bueno.
A todo esto, hay que sumar que el compañero de equipo de Greinke, Clayton Kershaw, parece que ha encontrado su mejor versión y no ha permitido ninguna carrera en sus dos última actuaciones, logrando 27 strikeouts en el camino.
El panorama será poco halagüeño para los rivales de los Dodgers cuando arranquen los playoffs en octubre pero sólo hay que mirar en las dos campañas anteriores que esa fórmula casi invencible de colocar a los dos lanzadores en unas series más o menos largas no ha terminado con la sequía de títulos del mundo del club angelino, que data de 1988.
¿El próximo rival para Zack Greinke? Los New York Mets, uno de los equipos más ineptos en ataque y que ocupan la 29ª plaza (de 30 conjuntos) en la vertiente ofensiva. Han anotado tres carreras o menos en 53 partidos este año. ¿Su récord? Un poco ilusionante 14-39.
El jugador de los Dodgers tendrá su próxima cita con la historia el viernes de cara a alcanzar la racha de Orel Hershiser de 59 entradas seguidas sin conceder una carrera.