Everton y Wanderers debían haberse enfrentado en la primera fecha de la Copa Chile. Sin embargo, los incidentes provocados por las barras de ambas escuadras causaron la suspensión del duelo en el Estadio Sausalito. Pero el clásico porteño sí se pudo jugar en Playa Ancha, este domingo, y el elenco de Primera B sorprendió con un categórico 3-1.
La primera fracción no tuvo acciones que le hicieran honor al choque entre los equipos más importantes de la Quinta Región. Por el contrario, hubo un predominio del juego acompasado en la mitad de la cancha y con escasas ocasiones de gol en las áreas.
El trámite del duelo en la primera parte solo fue roto por dos situaciones de juego que le otorgaron algo de emoción a los asistentes al Estadio Elías Figueroa.
En el minuto 7, gracias a una buena acción de presión colectiva, Everton recuperó el balón en su terreno y salió muy rápido en ataque. Tanto, que el delantero Jorge Gálvez, en cosa de pocos segundos, quedó solo frente a Mauricio Viana, tras un buen pase en profundidad de Fernando Saavedra, y batió al arquero con una suave desviación.
A los 39', el caturro Carlos González fue empujado tenuemente cuando se aprestaba a marcar de cabeza, desviando el testazo. En forma correcta, Enrique Osses decretó lanzamiento penal. Sin embargo, Carlos Muñoz desperdició la chance de la igualdad: el tiro, rasante y centralizado, fue devuelto con el pie derecho por Gustavo Dalsasso.
Tras el descanso, el encuentro mantenía la tónica. No obstante, en dos llegadas muy profundas, los visitantes prácticamente aseguraron el triunfo.
En el minuto 68, Fernando Saavedra capturó un rebote en el área de meta, luego de un un córner, y con una semivolea puso el 2-0. El tanto afectó a Wanderers que se fue con todo en busca del descuento.
Así, minutos después de la segunda conquista, luego de un córner en el que el local había adelantado todas sus líneas, el mismo Saavedra volvió a derrotar a Viana, culminando en extraordinaria forma un contraataque. Cuando el arquero salía a achicar a la altura del punto penal, el volante ruletero picó el balón por sobre el guardameta y la pelota entró pausadamente en la portería.
En desventaja por goleada en su propia casa, los caturros buscaron hasta con desesperación descontar en el marcador, pero les faltó claridad en la construcción y profundidad en la línea ofensiva.
Pese a todo, Wanderers logró estrechar en algo las cifras, gracias a Jorge Ormeño (76'). El experimentado mediocampista controló un despeje afuera del área y se despachó un excelente tiro de media distancia que entró en el ángulo derecho, con Dalsasso volando hacia el sector, pero muy lejos del balón.
Al final, Everton terminó celebrando en el centro de la cancha, lo que molestó de sobremanera a Ormeño, el capitán caturro. Hubo algunos altercados, pero nada eclipsó la alegría de los ruleteros, quienes soslayaron en gran forma su aparente inferioridad futbolística, por militar en Primera B, ante un tradicional elenco del fútbol grande.