A ritmo de goleada el Celta inició su gira por Centroeuropa. El Greuther Fürth había superado al Athletic de Bilbao esta semana, pero fue un juguete en manos de los celestes. Berizzo planteó un dibujo 4-2-3-1, con el Tucu Hernández en el doble pivote, en un partido que no tuvo historia más allá de los goles.
El conjunto de la segunda división alemana empezó con fuerza y tuvo dos ocasiones en el primer cuarto de hora, una la repelió Rubén y la otra el palo. Su empuje duró lo que tardaron los célticos en desempolvar la varita mágica. El primer tanto tuvo su origen en la cabeza de Yelko. El mediapunta fue el único que se imaginó un pase que habilitó a Luis Rioja para que la acción entre canteranos la culminara Borja Iglesias a placer.
El primer goleador de la pretemporada ejerció a continuación de asistente de Orellana. Al margen del gol, el chileno fue el más incisivo de todos los que participaron.
Dos equipos. El calor condicionó el ritmo de juego e incluso en el ecuador de cada parte se hizo un descanso para que los futbolistas se refrescaran. El plan del Celta para evitar el sofocón físico fue disponer dos alineaciones totalmente distintas en cada periodo y tocar en corto una y otra vez. Tanto se asociaron en los primeros 45 minutos, que los locales quisieron hacer lo mismo a la vuelta de los vestuarios y en una cesión al portero se marcaron en propia puerta un gol que resultó cómico.
Tampoco estuvo afortunado Sergio en el tanto alemán, pero el meta se resarció después con una soberbia doble intervención. Augusto y Señé completaron el resultado. El pase de gol al jugador del filial salió de las botas de Iago Aspas, que dejó destellos, al igual que Wass. El danés jugó con Augusto en el medio y estrelló una falta en el larguero.