El británico Chris Froome, líder del Tour de Francia, aseguró que no sintió miedo por los ataques que recibió de sus rivales en la subida al Plateau de Beille, meta de la duodécima etapa. "No me he sentido bajo presión, no he tenido un día malo, he estado protegido, hemos controlado la carrera, no ha habido problemas", señaló.
"No he visto a ninguno de los rivales por encima de los otros, todos los ataques han sido parecidos, no muy explosivos, quizá porque estén reservando fuerzas para los Alpes. Vigilo más a Nairo Quintana porque es de los que ha atacado el que está más cerca en la general", comentó. "Tenemos que seguir vigilantes, van a tener terreno para atacar, en los Alpes, pero también en otros terrenos, bajando", señaló.
Froome agradeció el trabajo de sus compañeros, especialmente de Richie Porte y del Geraint Thomas, al que auguró un gran futuro. "Sé lo que es el papel de gregario, lo hice en el pasado, ha sido fantástico, me protegió de los abanicos y los pavés y sigue haciéndolo, es formidable. No creo que pase mucho tiempo antes de que sea un líder de equipo", dijo. "Incluso este año puede acabar en el podium, aunque el objetivo es ganar el amarillo. Está quinto y no hay muchas diferencias", agregó.
Froome consideró "decepcionantes" los comentarios de Laurent Jalabert y Cedric Vasseur en la televisión francesa. El primero dijo sentirse "incómodo" con la exhibición del británico en la Pierre Saint-Martin y el segundo señaló que "parecía que la bicicleta pedaleaba sola", aludiendo a que llevaba motor. "En el pasado fueron ídolos que inspiraron a muchos cuando corrían y ahora se devalúan y devalúan el ciclismo limpio y a un equipo limpio. No es muy sano por su parte", señaló.