¿Te imaginas jugar a casi 3 mil metros sobre el nivel del mar en un lugar donde solo haya una cancha y esté en el cráter de un volcán? Este es el caso de varios jugadores amateurs quienes practican futbol en la Ciudad de México y aquí te contamos la historia.
¿En qué lugar de la CDMX se puede jugar futbol sobre un volcán?
El campo de futbol que es conocido como la “cancha de los dioses”, se ubica entre el límite entre las alcaldías Xochimilco y Milpa Alta, al sur de la Ciudad de México y concretamente en el Volcán Teoca, el cual se encuentra inactivo desde hace cientos de años y los investigadores no cuentan con alguna actividad volcánica que pudiera poner en riesgo a las personas.
Desde hace años se realizan las “retas” en esta zona, aunque poco a poco comienzan a reintegrarse después de varios meses de ausencia ante el inicio de la pandemia del Covid-19.
El campo de juego cuenta con las medidas reglamentarias para ser sede de un partido profesional de futbol de alguna categoría menor, aunque su terreno contiene más tierra que pasto, no cuenta con gradas o tribunas por la situación de lugar y solo tiene las dos porterías, a las cuales se les añade la red conforme se vayan disputando los juegos. La “cancha de los dioses” se encuentra a 2,600 metros sobre el nivel del mar, motivo por el cual no cualquier puede jugar aquí, ya que primero se requiere adaptarse a las condiciones del lugar y, posteriormente, tener una buena condición física para aguantar todo el duelo. Por ejemplo, el Estadio Azteca se encuentra a una altitud de 2.250 metros sobre el nivel del mar y el Volcán lo supera por 350 metros.
Precisamente sobre este tema, uno de los chavos que suele jugar ahí como lo es Joel Becerril, en entrevista con el Sol de México, contó la ocasión en la que un sudamericano no pudo aguantar el ritmo por la altitud.
“Aquí, en el Teoca, juega 20 o 25 minutos, luego se apagan. Dicen que es pesado jugar, que el aire que respiran y eso cuesta trabajo; un equipo de San Bartolo traía un venezolano, lo tuvieron que sacar porque ya no podía respirar por la altura. A nosotros, los del pueblo, no nos afecta gran cosa”, mencionó.