América no seduce, gana, pero no enamora a su tribuna, no convence su juego, lo más rescatable del partido contra Coras, que ganó por 1-0, es que sigue con opciones en la Copa Mx. Mientras espera su último juego ante Santos, en Torreón, es momento de enfocarse en el Clásico Nacional, es la Liga la que medirá la capacidad del equipo de Ricardo La Volpe para reinventarse o para seguir sumido en una crisis de funcionamiento.
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Con la cabeza metida en el duelo contra Chivas, el entrenador de las Águilas montó un equipo con rostros distintos a los que habitualmente juegan la Liga, el cambio principal del Bigotón fue le devolvió la titularidad a Michael Arroyo, el ecuatoriano ha sido uno de los damnificados por la regla 10/8.
Arroyo apareció en la foto de inicio y de inmediato marcó la diferencia con un gol, uno a su más puro estilo, con un zapatazo de fuera del área que le permitió a su equipo empezar a liberar tensión, un tanto que puede empezar a meter dudas al entrenador como para que lo considere para los compromisos venideros en los que se necesitan jugadores que puedan cambiar la hoja de ruta que han mostrado las Águilas.
Fue Arroyo uno de los más insistentes, pero una vez más el conjunto de La Volpe fue poco lúcido en ataque, con escasas jugadas de peligro, no prosperan las asociaciones de los azulcrema, que si bien tuvieron la pelota y el dominio en el centro del campo, los líos venían hacia delante, cuando eran incapaces de presentarse con real peligro ante el arco de La Tribu.
También, se pudo ver por primera vez en acción con el primer equipo a Cristhian Paredes, el mediocampista paraguayo que ha sido el otro jugador que se ha tenido que ir a la tribuna. Paredes es un jugador voluntarioso, pero se nota que le hace falta rodaje para engranar en la dinámica del primer equipo, para cómo están las cosas se ve difícil que su panorama pueda cambiar para los dos clásicos en puerta.
Pensando en el duelo contra el Rebaño Sagrado, La Volpe se guardó a seis jugadores que todo indica saltarán de arranque en el estadio Chivas: Paolo Goltz, Bruno Valdez, Pablo Aguilar, Miguel Samudio, William da Silva y Oribe Peralta, la empresa que se avecina exige que algunos efectivos lleguen en el mejor estado físico.
Pero la versión que presentó América tampoco fue una que cambiara la dinámica que presenta el club, es cierto que encontraron el gol muy rápido, pero apenas dispusieron de un par de ocasiones más, una de ellas un tiro cruzado de Romero. Luego las mismas escenas que se ven en la Liga, falta de precisión en la última zona y malas decisiones en jugadas que pintaban para tener mejor puerto.
Coras, un pariente cercano a Chivas, fue un equipo honroso, con algunas pinceladas de osadía, como cuando buscó salir con la pelota jugada desde el fondo, pero también dio muestra de su falta de pedigrí. Aun así, el partido que plantó fue meritorio, porque en ningún momento se sintió víctima, incluso dejó ir la posibilidad de empatar el juego.
Al arranque del segundo tiempo parecía que los demonios de la Liga se presentaban también en la Copa, cuando el Puma Pimentel cometió un penal. Pero apareció Marchesín para levantarse como héroe al atajar el cobro de William Guzmán.
No marchaba América, no inquietaba, se fueron Pérez, Arroyo y Darwin para darle paso a Rosel, Rivera y Cecilio, pero tampoco mejoró el rostro de las Águilas, tan desarticulado lucía el conjunto local que Coras tuvo pasajes de buen dominio de balón, lo que llevó a que la grada, juez soberano de su equipo, silbara por la impotencia de no ver un equipo que arrinconara a su rival.
Lo ganó América muy justito, muy apretado, sin una evolución en el juego, sin una mejora sustancial más que en el resultado. La segunda línea tampoco es una solución para los males que aquejan a la primera. Pensar que la victoria es el punto de resurgimiento de las Águilas es muy osado.
Lo de hoy ayuda, poco, el verdadero examen para América se dará el sábado con Chivas, un partido de alto calibre en el que se le demandará lo que no ha logrado en lo que va del año: su mejor versión. Llegará con elementos descansados y retos claros: ganar y jugar mejor. Necesita lo uno como lo otro, pero en mayor medida lo segundo lo acercará a lo primero, pero visto lo visto tanto en Liga como en la Copa, luce muy difícil que un equipo evolucione tanto en unos días.
Es lo que tienen los clásicos, que te ofrecen la inmediata oportunidad para enmendarte y cambiar de golpe y porrazo tu escenario actual, lo sabe la institución azulcrema y está en ellos, solo en ellos (plantilla y cuerpo técnico) empezar a cambiar su suerte. Lo de hoy fue solo un analgésico, el remedio se encuentra en las porterías del estadio Chivas.
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