En su día, a Hamilton le decían que a dónde iba, que cómo se le ocurría dejar McLaren, su única casa conocida en la F1, por Mercedes, una gran marca a la que le costaba carburar y estar a la altura de los mejores. ¿Cómo se la iba a jugar? Pues menos mal que lo hizo… Gracias a aquella decisión es tricampeón. Ahora, es Jorge Lorenzo y en MotoGP el que apuesta por la misma carta. Deja atrás nueve años en Yamaha para buscar un futuro de éxitos en Ducati, y no puede estar más contento de arriesgarse de esa forma.
La marca de Bolonia, a pesar de haber ganado dos carreras este año tras mucho tiempo sin hacerlo (desde 2010), le ha llamado la atención por su potencial y también por su nombre. "Ducati, en cierto modo, es el Ferrari de las dos ruedas. Tienen un aura mágica, porque el diseño de las motos de calle es fantástico, poder ganar con esta fábrica sería algo especial. También los fans de Ducati aman a la marca, ¡quizás más que a los pilotos! Esto no sucede en otras compañías, ¿no?", comenta entusiasmado el mallorquín en 'Crash.net'.
Además, también le llama un gran desafío, el de igualar a los cinco pilotos que han logrado ser campeones del mundo de la categoría reina con dos marcas diferentes: Geoff Duke (Norton y Gilera), Giacomo Agostini (MV Agusta y Yamaha), Eddie Lawson (Yamaha y Honda), Valentino Rossi (Honda y Yamaha) y Casey Stoner (Ducati y Honda). "Será muy importante, porque solo cinco pilotos han ganado con dos fábricas diferentes en la historia y solo uno con Ducati", dice Jorge señalando sobre todo el hito del australiano al que quiere como coach.
El 30 de enero cogerá la Desmosedici en Sepang para no soltarla, y reconoce que tiene que ponerse más a tope que nunca para ello: "Tendré un poco de tiempo libre, pero no tanto porque necesito estar físicamente más preparado que nunca ya que la moto parece muy difícil de llevar. Pero será un reto muy emocionante, un año muy emocionante, porque casi nadie ganó antes con la Ducati y poder pelear por ello será una buena motivación". Motivación y confianza no le faltan. Tampoco le faltó a Hamilton en 2013 y miren cómo ha acabado…