Aunque Ferrari ocupe un lugar relegado en el campeonato, siempre es protagonista. Si bien en los últimos años la categoría ha atraído nuevos aficionados debido al duelo entre Mercedes y Red Bull, para los seguidores de siempre es imprescindible disfrutar de los momentos emblemáticos de la casa escarlata. A pesar de no ganar un título desde 2008, cuando obtuvieron su última corona de constructores, y sin celebrar una consagración de pilotos desde 2007 (con Räikkönen), la escudería se mantiene serena, como un caballo dócil que ha olvidado sus días de gloria. Aun así, Ferrari sigue siendo la escudería más exitosa de la historia, con 16 títulos, superando por mucho a su más cercano rival, Williams. Cada inicio de temporada, los aficionados renuevan la ilusión de ver un regreso triunfal, pero últimamente, el paso de las carreras ha enterrado prematuramente esa esperanza.
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En la actualidad, Ferrari cuenta con un equipo bien definido: un piloto ambicioso en busca de victorias como Charles Leclerc, y otro más consistente en sumar puntos, como Carlos Sainz. Sin embargo, errores en boxes, desconcentraciones en pista y desastrosas estrategias han impedido que los italianos tengan una jornada perfecta, ni siquiera una. Según las estadísticas, solo han logrado 2 poles de las 12 posibles (ambas con Leclerc), han subido al podio en tres ocasiones de 24 posibles (todas con Charles) y no han conseguido ni una vuelta rápida (mientras que Alfa Romeo, con los mismos motores, sí lo hizo este año en Bahrein). Estos números han consolidado una triste realidad: el equipo ocupa el cuarto lugar en el campeonato de constructores, a tan solo cinco puntos de Aston Martin. Es incomprensible que la casa italiana se haya convertido en la cuarta potencia, compitiendo contra un equipo que prácticamente solo cuenta con un piloto puntuando. No olvidemos que el 66% de los puntos del monoplaza verde se deben a Fernando Alonso.
La casa escarlata busca resurgir tras el parón de verano, dentro de unas semanas, con un claro objetivo: alcanzar el subcampeonato en el campeonato de marcas. Por ello, tienen la intención de imponerse en la fecha local de la escudería en Monza, ya sea por orgullo o pasión. En Barcelona, implementaron cambios importantes en el monoplaza que, si bien aún no han dado resultados, han mostrado mejoras. Se defendieron en Canadá y Austria, decepcionaron en Silverstone y Budapest, y mostraron resurgimiento en Spa-Francorchamps.
A diferencia de Red Bull y Mercedes, que han anunciado que detendrán las evoluciones de sus monoplazas para este año y se concentrarán en el 2024, Ferrari ha decidido continuar con su desarrollo. De esta manera, añadirán más actualizaciones y ya se planean cambios que se extenderán hasta el Gran Premio de Austin. Ferrari se ha mantenido por debajo del tope presupuestario y aún puede invertir más. Por ello, ya han anunciado mejoras en el GP de Holanda y un salto cualitativo para Monza, donde se necesitará una configuración aerodinámica especial, incluyendo un nuevo diseño en los pontones y un suelo revisado, con opciones más extremas a pesar de las limitaciones existentes.
Estos cambios y la promesa de un monoplaza más ambicioso para la segunda mitad del campeonato habrían sido el aliciente perfecto para, según los rumores, la ampliación del contrato de Charles Leclerc hasta fines del 2026, con la posibilidad de un año más. Sería un logro inmenso para la escudería, que se apalancaría en su nuevo team manager y la confianza que genera en el piloto monegasco. “Tengo plena confianza en Fred Vasseur. Sabe exactamente a dónde quiere ir y lo que va a hacer para llegar allí. Discutimos mucho juntos para lograr los objetivos. Me da confianza”, afirmó Leclerc tras el último Gran Premio, mientras bajaba del podio. Todo indica que se avecinan tiempos mejores para Ferrari. Charles lo cree, Vasseur lo promete y la afición, esa que siempre quiere soñar, vuelve a desempolvar la ilusión de siempre.