Hace unos días se han filtrado algunos audios de Max Verstappen del Gran Premio de Azerbaiyán que han mostrado que por estas horas el bicampeón no tiene sus niveles de autocontrol tan elevados como de costumbre. Y es que si bien en la fecha pasada los Red Bull consiguieron un sólido 1-2, en la pista Max sufrió más de la cuenta en tratar de igualar el ritmo de su coquiper. La transmisión muestra a un Verstappen frustrado por no igualar los tiempos del mexicano en algunos sectores y una constante exigencia a sus ingenieros de pedirles una razón motriz que justifique el por qué no podía seguir el ritmo a Pérez.
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Cualquier cosa que deje en claro que no era un tema de talento sino de mecánica. Su destemplado “No sé qué estoy haciendo mal” a sus ingenieros es la mejor evidencia que Max sabe que no hay espacio para los fallos este año. Algo recontra entendible en un escenario donde los hombres de Red Bull están demostrando sus intenciones monárquicas enfrentándose sin tapujos en la búsqueda de alcanzar la prioridad de la escudería. Una pelea intensa y que, por el momento, con 6 puntos de diferencia, no pareciera dilucidar hacía dónde irá el proyector protagónico.
Checo sabe que Miami es una de sus pruebas más locales gracias a la cercanía de la plaza con su país y a la condición hispanohablante de Florida. Como si fuera poco su condición de semi callejero, trazados sobre los cuales el mexicano se siente muy cómodo, y su reciente victoria en la fecha previa hacen que Pérez tenga serias intenciones de ganar en Estados Unidos.
“El campeonato con Max será muy intenso y es importante conseguir el triunfo todas las fechas. Sin embargo, hay que ser consciente que si por algún percance no se puede ganar es vital sumar puntos importantes. Un traspiés, un retiro o una clasificación relegada, puede ser la diferencia entre correr en igualdad o adoptar condición de escolta”, ha confesado en la previa de este Gran Premio, Checo Pérez a los medios hispanos norteamericanos.
Las casas de apuestas brindan a Verstappen 69.4% posibilidades de alzarse con la victoria de Miami mientras Pérez solamente recibe el 25% de las predilecciones. Tercero marcha Leclerc con 8% y cuarto Alonso con 6%. Es claro que la atención y la emoción de esta temporada está establecida sobre el duelo abierto que Red Bull ha permitido a sus pilotos en estas primeras carreras. Un juego peligroso donde ambos tienen en claro que si yerran en grande y cualquiera suma un cero en una tarde de alquitrán, el billete ganador lo tendrá su coequiper. Hoy más que nunca Red Bull no tiene rivales. Lo que hacen Ferrari, Mercedes o Aston Martin es anecdótico.
“Hoy siento que es el primer año que domino el monoplaza totalmente. La temporada pasada no tenía tan claro algunas prestaciones con ciertos neumáticos, pero hoy me siento plenamente en control del monoplaza. Sé que puedo hacer y hasta donde arriesgar. La carrera de Miami la tengo más clara de lo que muchos creen”, ha puntualizado Checo hablando confiado y con cierto aire de boquilla. No se le puede pedir menos a un hombre que este año quiere convertirse en rey a merced de su compañero.