El campeón celebra trabajando. Acaba Caminos del Inca y toda la logística debe regresar a sus lugares y son ellos, Ronmel y Richard Palomino los que dirigen cada paso desde el Terminal Palomino en el Cusco. Pero la noche del martes fue todo felicidad para el ‘Zorrito’. El menor de los hermanos logró por primera vez ganar el mítico rally y así lo vive.
—¿Cómo se toma ganar Caminos del Inca por primera vez?
Contento de haber ganado Caminos del Inca. 18 años que vengo buscándolo y siempre segundo, a minutos… Esperé 18 años y más gustoso ganar en la edición 50. Este año veníamos muy fuerte, pero en el segundo prime de Huancayo se nos malogró el vehículo por la bomba de gasolina y pensábamos que abandonábamos, pero seguimos para adelante y hemos ido de menos a más, sin perder las esperanzas.
—¿Golpea los ánimos de competidor verse tan atrás, a casi una hora de los líderes?
Choca, pero teníamos con qué… Si podíamos recortar de 8 en 8 o 10 minutos por etapas, se podría remontar y presionar. Eso es lo que hicimos y se dio el objetivo.
Palabra del Zorrito
—Pero muy arriesgado…
Arriesgado. Veníamos al límite, como un rally corto, pero en un rally largo para poder recuperar los tiempos.
—El trabajo con el copiloto es fundamental
Feliz por Guillermo Sierra. Somos de Andahuaylas y él, de Abancay. Ahí hay algunas cosas de chauvinismos, pero nosotros trabajamos en equipo, como una familia, como hermanos.
—¿Cómo tomabas que el coche de Richard seguía fallando?
Todos los temores entran: si me tocará a mí, si aguantará el trabajo. Gracias a Dios no nos pasó, pero en el enlace al Cusco se empezó a quemar el cable de la bomba de gasolina. Felizmente nos dimos cuenta, apagué el carro y lo solucionamos. En la última etapa, imagínate… a 9 kilómetros de ganar Caminos del Inca.
Celebra Ronmel
El otro lado de Ronmel
—¿Cómo te inicias como corredor?
Yo inicié en el 2002 con mi hermano Richard. Inició por un hobbie, viendo a los competidores como Orlandini, Dibós, Gustavo Medina. Yo era niño. Nos gustaba lo que hacía Neto y queríamos incursionar. En primer Caminos del Inca llegamos a Abancay y para el 2003 nos separamos porque los dos éramos buenos manejando y desde ese entonces cada uno con su carro.
—¿Y cómo es que te nace el amor por los coches?
Agarraba los autos de mi papá y me ponía a correr. Yo tenía 14 años. Así nació. Mi hermano me enseño manejando un bus grande, en los lavaderos. No alcanzaba al embrague y él me ayudaba a hacer los cambios. Manejar los carros grandes es como un carro de carrera, porque tu te abres para entrar a las curvas. De ahí sacamos la experiencia.
—¿Cómo es que deciden apostar en grande en las carreras?
Cuando estábamos con los carros pequeños, con los Hondas, hacíamos mejores tiempos que la Tracción Integral. Con carros de motor 1600 ante los otros con turbos. Así vieron nuestro manejo y los auspiciadores llegaron.
—Corren para ganar… ¿Eso hace que los pueblos se identifiquen más con ustedes?
Es lo que hacemos. Representamos a las provincias de Perú, pasamos de pueblo en pueblo y la gente ya sabe: “ahí viene el Zorrito”, dicen. Nos conocen desde hace muchos años. Me siento identificado con ellos también.
Fiesta en Cusco
—¿Cómo nace el apodo?
En apodo de Zorrito nació por Walter Villanueva, Mascafierro. En una carrera estaba peleando en la general. En Andahuaylas aparecí segundo o tercero y todos se sorprendieron. Él dijo: “este es un zorro, un astuto”, y así nació el ‘Zorrito’. El tema del ‘Run Run’ es por lo que significa “corre, corre, en inglés. Y lo otro, es por el zorro que se hizo famoso y ahora lo hicimos más famoso (risas).
La calma al volante
—¿Los Palomino siempre han sido señalados, pero tu nunca te has visto involucrado en problemas?
Siempre he sido muy amable, soy muy pacífico. Tranquilo, no me gusta discutir. Si me hacen algo lo dejo en las manos de Dios y sigo. Eso es lo que se hizo ahora. Teníamos un problema en la etapa Puno-Arequipa, que no me dieron paso. Con la frustración dije que era antideportivo que no me dio pase. El Señor [Fausto Farfán] dijo que nunca se dio cuenta. En la bandera me pidió disculpas y lo tomé de buena manera. Pero luego el señor en una entrevista me dijo “Tipejo”. Yo tengo nombre y apellido y no soy ese tipo de personas. Dijo: “Si muestro videos, me retiro”. Ya molesto colgamos el video y que lo tomé él como quiera. El ACP tiene rastreo y verificaron que casi 25km estaba 15-20, hasta 5 segundos detrás. La tecnología no miente.
—Por reglamento, se debe dejar pasar porque es peligroso.
Es un problema fuerte para todos los pilotos. No debería pasar porque es muy peligros al ritmo que vamos. El polvo que se deja es por un minuto. Por ejemplo, el señor Jorge Martínez me dio pase y luego me dijo: “Ronmel tienes razón, más de un minuto no podía ver. Tenía que parar”. Somos amigos, trabajamos en el deporte y esto es todo en conjunto. Es la vida de tu compañero de pilotaje que también quiere ganar.
—Siempre se señaló a los Palomino por cuestiones extradeportivas, ¿cómo tomabas eso?
Duele bastante, pero este año todo fue muy bien. Hemos hecho nuestro esfuerzo. Nosotros no trabajamos de esa manera [antideportivo]. Los aficionados a veces lo hacen, pero hablamos con ellos también. Ahora último antes de salir de Arequipa la gente hizo como un motín porque iban a sacar a un piloto, pero felizmente nada pasó. Hemos trabajado en eso con la gente, en saber perder también, pero sobre todo en mentalizarnos en ganar una carrera limpia.
—¿Qué tan representativo es para un piloto Caminos?
Es muy representativo. Es la única carrera que se corre de esta manera. Hemos traído a los españoles de RMC y decían “esto es una carrera de locos”.
Gesto de Dasso
—Se decía que los N5 no llegaban para Caminos del Inca…
Si, los N5 se cuestionan. Es un problema de la bomba de gasolina. Los vehículos se fabrican para una carrera de 30km, paras el carro y se enfría. Acá el recorrido de Caminos es otro y solucionando el problema, hemos ido con todo. Este carro recién lo corrimos en Caminos y lo gana.
—Y se comenta de la llegada de coches R5 para el próximo año. ¿es aconsejable?
Un R5 es buena máquina, peor está preparado para rallies cortos. No sé si rendirán en Caminos y el costo es altísimo, muy fuerte. Más que el doble de un N5.
—¿Qué sigue, la internacionalización?
Mi hermano salió a ecuador a correr. Estamos viendo qué proyectos hacer. Vemos si salir a Ecuador, Argentina. Nos están invitando a España para poder ver cuál es el ritmo que tenemos. Ellos nos dicen que el ritmo que tenemos es fuerte.
—¿Qué más les dicen de afuera?
Es una locura lo que hacen acá, pero ellos están felices por el rendimiento del carro. Solo el tema de la bomba de gasolina es lo que se tiene que reforzar.
La familia
—¿Qué pensaba tu padre de verlos en competencia?
A mi padre Serapio Palomino no le gustaba que corramos, como hobbie sí, pero en competencia él se preocupaba por los accidentes. Él siempre nos esperaba acá en Cusco. Este año no nos pudo acompañar. Él se sentía feliz, nos apoyaba y siempre lo tenemos presente.
—¿Qué te decía sobre que no podías ganar Caminos?
Él sabía que me tenía que tocar. “vamos a lograrlo”, nos decía. No me acompañó, pero estamos felices de haberlo logrado.
—Y también el apoyo de Richard.
“Hermano tú tienes que hacerlo”, me decía. Él siempre tenía problemas con su coche, pero me decía que iba a seguir para apoyarme. Por eso lo que ha hecho es un gran logro, porque uno se desespera cuando un carro se malogra y es peligroso también.
—El Team Wari más fuerte que nunca.
Todos trabajamos en conjunto, todo lo que hacemos es para el equipo. Lo que nos dan los auspiciadores es todo para el auto, nosotros no nos agarramos ni un sol porque si queremos estar dentro de los primeros, todo es para el auto.