Hoy en día a nadie le cabe la menor duda de que Sergio Pérez es el mejor piloto profesional en la historia de México. Los logros conseguidos en la Fórmula 1 no los logró nadie anteriormente, y eso que el país se ha distinguido por tener grandes representantes de la máxima categoría del automovilismo; sin embargo, el tapatío se sienta en una mesa aparte y seguramente pasarán muchos años antes de que otro prospecto pueda intentar emular lo que el volante de Red Bull ha logrado hasta la fecha.
Pero como en casi todo, la historia de Checo Pérez pudo haberse contado de diferente manera, incluso, ni siquiera pudo haber existido de no ser por varios factores, entre los que destacan las habilidades casi natas del piloto con los coches de carrera desde temprana edad, y su dedicación para practicar un deporte que si bien le apasiona, no es el que hubiera deseado entrenar desde pequeño, además, otro factor decisivo fue el apoyo incesante de su padre Antonio Pérez Garibay.
El señor Pérez Garibay no descansó un solo día para que sus hijos se convirtieran en piloto profesionales, pero también tuvo que lidiar con el
verdadero amor de Checo Pérez: el futbol.
El día que Checo Pérez renunció al automovilismo
En varias ocasiones el padre de Sergio Pérez ha contado la anécdota del día que su hijo cambió una carrera de karting por asistir a un partido del Clásico Nacional Chivas vs América, puesto que su amor por las Águilas, en aquel entonces, era más importante que cualquier compromiso sobre las pistas.
Aquella decisión de un joven Checo, que por aquel entonces tendría unos 12 años, estuvo cerca de terminar con su carrera, incluso sostuvo una fuerte pelea con su padre que fue recogida en las páginas del libro Nunca te Rindas, donde Alejandro Rosas y Francisco Javier González relatan cómo ha sido la carrera del piloto nacido en Jalisco.
“Ya sabemos que lo tuyo no es el automovilismo sino el futbol. Así que aquí se terminó tu carrera como piloto. Mañana vendo los coches”, le dijo Pérez Garibay a Checo, quien se limitó a responder “pues véndelos, mi pasión de a de veras es el futbol. Hazlo. No me quieras asustar, no te sirve”.
Aquel día Checo Pérez estaba decidido a no volver a subir a un auto de carreras ni por error, su joven y prometedora carrera en el automovilismo había terminado.
El Donas, el mecánico que salvó a Checo Pérez
En las mismas páginas de este libro resalta el nombre de Antonio Sánchez, mejor conocido como El Donas, quien “era considerado un mecánico y preparador de media tabla, importante en el desarrollo de Checo Pérez y su hermano Toño”, quien finalmente fue quien evitó que Checo dejara el automovilismo.
El Donas, sabiendo que Checo estaba distanciado de su padre y decidido a dejar las pistas, fue quien durante varios días fungió como mediador, platicando con Sergio y convenciéndolo del don que tenía y no podía dejar escapar. Fue así como el joven piloto retomó una brillante carrera que hoy en día lo tienen como el mejor del país y de la Fórmula 1 a nivel mundial.