El pasado verano, la Juventus cerró la contratación de dos de los centrocampistas con más talento del panorama europeo. Y lo hizo, además, a coste cero, ya que tanto el galés Aaron Ramsey como el francés Adrien Rabiot acababan contrato con Arsenal y París Saint-Germain, respectivamente, y optaron por aceptar la oferta del cuadro turinés.
Aunque es cierto que la temporada no ha hecho más que comenzar, hasta la fecha, ambos jugadores vienen jugando un rol completamente secundario en los planes de Maurizio Sarri. El preparador italiano ha depositado su confianza en el trío conformado por Blaise Matuidi, Sami Khedira y Miralem Pjanic y con él ha afrontado un duro arranque de temporada en el que ha tenido que medirse a Parma, Nápoles y Fiorentina en Serie A, y al Atlético de Madrid en Champions League.
Tras estas primeras semanas de competición, Rabiot apenas acumula 28 minutos de juego (ante el Parma, en la primera jornada); mientras que Ramsey se queda en unos casi simbólicos 4 minutos (los diputados frente al Atlético el pasado miércoles), cifras que, por otra parte, evidencian el escaso aprecio de Sarri por las rotaciones. «Mi sensación es que el equipo aún no está listo para una rotación completa. En este punto, debemos tener mucho cuidado porque los jugadores deben estar en las mejores condiciones y no en dificultades», reconoció antes del choque frente al combinado rojiblanco.
Rotaciones casi obligadas
Afortunadamente para ambos, a lo largo de los próximos siete días, la Juve afrontará tres partidos ante rivales en teoría asequibles: Hellas Verona (21 septiembre), Brescia (24) y SPAL (28). Ya que con posterioridad tendrá que encarar su segundo compromiso de Liga de Campeones (ante el Bayer Leverkusen) y un complicado choque ante el Inter, parece lógico que el técnico napolitano dé descanso a alguno de sus titulares y les ofrezca al fin la posibilidad de reivindicarse sobre el césped.
En el caso de Rabiot, su actual ostracismo tiene mucho que ver con el hecho de que el pasado curso fuese apartado de los planes del PSG al conocerse que no tenía intención de renovar su contrato y parece razonable creer que en un plazo razonable de tiempo su concurso sea habitual. «Es un jugador de muy alto nivel, pero en 2019 no ha jugado ningún partido oficial. Llegó, entrenó los primeros 20 días a un alto nivel y luego, como siempre sucede después de muchos meses sin competición, ha experimentado una disminución física que acusa mentalmente porque es un chico muy sensible. Así que hay que esperarlo», concluyó Sarri.