Cansado de los malos resultados con McLaren en la Fórmula Uno, el piloto español Fernando Alonso decidió desde el año pasado probar suerte en otras pruebas del automovilismo. Se trazó como objetivo conseguir la histórica Triple Corona: el Gran Premio de Mónaco, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.
Para ello, corrió en 2017 en el histórico óvalo estadunidense, a pesar que ello significó perderse la carrera de Mónaco en F1, que ha ganado en dos ocasiones, y aunque llegó a ser líder en Indy, no terminó la competencia.
Su siguiente parada eran las 24 Horas de Le Mans para este año; sin embargo, sorprendió con la decisión de no solo correr la histórica cita francesa, sino participar en toda la campaña 2018-19 del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), con el equipo Toyota, para buscar esa segunda joya.
"Después de todo el trabajo duro del equipo en la pretemporada es bueno correr por primera vez en el WEC, es emocionante porque Le Mans está cerca, hasta ahora he disfrutado mi experiencia", señaló el ibérico.
El reto no será sencillo. Alonso disputará el campeonato al mismo tiempo que participará toda la temporada de la máxima categoría con McLaren, que ha renacido, al cambiar los motores Honda por los Renault, lo que ha significado que el español tenga 28 puntos tras las primeras cuatro carreras, 11 más que todos los que acumuló en 2017.
El asturiano tendrá algunos problemas de calendario, comenzando desde esta vez. Disputó el Gran Premio de Azerbaiyán apenas el domingo, y ayer arrancó las prácticas en Spa-Francorchamps (Bélgica) para debutar en WEC.
Tras las 6 Horas del sábado con Toyota, viajará a Barcelona, donde disputará la carrera de Fórmula Uno, que inicia con los entrenamientos libres el viernes.
Así le ocurrirá de forma habitual durante el año; por ejemplo, a partir del 10 de junio correrá en cinco fines de semana consecutivos: ese día en Canadá (F1), luego en las 24 Horas de Le Mans, para acumular tres competencias del Gran Circo consecutivas, Francia (24 de junio), Austria (1 de julio) y Gran Bretaña (8 de julio).
En el WEC compartirá el auto número 8 con dos pilotos que pasaron por la F1.
El japonés Kazuki Nakajima, quien disputó 36 carreras con la escudería Williams entre 2007 y 2009, y tuvo como mejor resultado un sexto lugar en Australia; acumula seis campañas en el serial de resistencia, donde fue segundo en 2017.
El otro conductor del Toyota es el suizo Sébastien Buemi, campeón de Fórmula E en la temporada 2015-16, y que estuvo tres años en la máxima categoría con Toro Rosso, con un par de séptimos lugares como mejor desempeño; en el WEC fue campeón en 2014, mientras que en 2017 fue segundo con Nakajima.
Alonso se encontrará con un campeonato en plena reconstrucción: tras la salida del serial de Porsche, que dejó la categoría principal, LMP1, con Toyota como gran favorito, un calendario recortado, ya sin las fechas de México y Estados Unidos, y una temporada que durará más de un año-calendario y pasará en dos ocasiones por Spa-Francorchamps y por Le Mans.