Como tantas otras veces esta temporada, el Athletic Club entró al partido con mal pie, sin la intensidad que se le presupone a un equipo de sus características y con la típica flojera de piernas que convierte casi cada acercamiento del rival en una ocasión de peligro. Que Iago Herrerín tuviese que intervenir con brillantez en 11 minutos de juego es un buen síntoma de lo que un día más estaba pasando.
José Ángel Ziganda, que sigue de pruebas a estas alturas del curso, cuando ya debería estar todo meridianamente claro, innovó con una medular en la que comparecieron los hasta ahora casi inéditos Mikel Rico y Ager Aketxe. Aunque el primero se fajó como de costumbre y el segundo trató de ofrecerse en la mediapunta, ni uno ni otro fueron capaces de asumir los galones y de dar sentido a la circulación de balón. Si a ello sumamos que el tercer centrocampista, Mikel San José, sigue en una decadencia que parece imparable y que ni el Cuco es capaz de detener con una merecida suplencia, también puede entenderse que a los 25 minutos, y tras apenas dar sensaciones de peligro, el Hertha Berlín aprovechase su ya cuarta ocasión para ponerse por delante en el marcador. Su autor, el australiano Mathew Leckie, que conectó un cabezazo imparable tras envío preciso de Maximiliam Mittelstad.
Tras el tanto, reaccionó tímidamente el combinado vasco e, incluso, llegó a igualar el choque tras un riguroso penalti sobre Iñaki Williams que transformó el de siempre, Aritz Aduriz (minuto 35). Fue solo un espejismo, porque sólo un minuto después, un pelotazo en largo del arquero germano puso sobre la mesa otra de las grandes lacras de este equipo, su falta de contundencia defensiva. Tras un par de prolongaciones, el austriaco Lazaro sacó los colores a Aymeric Laporte, enfiló el costado diestro sin oposición y puso un centro al corazón del área que, también sin ningún apuro, empujó al fondo de la red Davie Selke. Esta vez, tras el tanto, no hubo reacción alguna.
Ziganda sigue de pruebas...pero llega la remontada
El paso por los vestuarios evidenció lo perdido que está Ziganda. El técnico se cargó a Aketxe y San José para dar entrada a Markel Susaeta y Ander Iturraspe, en lo que debe entenderse como una búsqueda desesperada de un fórmula mágica para dar sentido al juego de un equipo absolutamente desnortado y muy poco trabajado en el día a día, en el campo de entrenamiento, en el lugar donde hay que darle vueltas al problema hasta encontrar una solución.
Aunque los vascos lograron su objetivo, lo cierto es que la remontada no se fraguó en sistema alguno. Ésta vino primero propiciada por el arranque de coraje de jugadores como Íñigo Lekue, Íñigo Córdoba, Mikel Balenziaga o el propio Susaeta; después impulsada por un inocente penalti cometido por Langkamp, que transformó con suspense Aduriz, y finalmente certificada por una contra aislada que lanzó Raúl García, modeló Susaeta y acabó materializando el hasta ese momento desafortunado Iñaki Williams, quien apenas tuvo que empujar a la red el medido pase del incansable Mikel Balenziaga.
El triunfo, que mantiene con vida a los rojiblancos de cara a la última jornada de la fase de grupos (bastará un empate ante el Zorya Luhansk para alcanzar los dieciseisavos), no sirve para tapar las carencias de un equipo que ha convertido cada partido en una pequeña agonía. Sin estilo definido, sin ideas y, lo que es peor, con un técnico incapaz de dar con la tecla, sólo queda aferrarse al histórico espíritu de lucha de este equipo para soñar con tiempos mejores...
La Real Sociedad cumple los pronósticos ante un flojo Rosenborg
A diferencia de su vecino del norte, la Real Sociedad sí salto al campo con verdadera decisión y con la firme intención de obtener una victoria que certificase su presencia en la siguiente ronda y convirtiese el último partido de la fase de grupos en un mero trámite. Como casi siempre, los de Eusebio Sacristán llevaron el peso del partido, dominaron el esférico y se asociaron con bastante criterio. Eso sí, en esta ocasión, la que no estuvo tan afinada fue su puntería, ya que Ni William José, en hasta dos ocasiones, ni Sergio Canales ni Asier Illarramendi lograron transformar en gol las buenas opciones que se les presentaron.
Como suele suceder siempre en estos casos, el rival fue creciendo a medida que pasaban los minutos y su puerta seguía a cero. De hecho, antes del descanso tanto Jonathan Levi como Mike Jensen gozaron de oportunidades para haber adelantado al Rosenborg y haber puesto el partido más complicado de lo que podía parecer tras lo visto en el arranque.
Aunque necesitaba ganar para seguir con vida, el conjunto nórdico apenas varió su planteamiento en el segundo acto. Los de Kåre Ingebrigtsen siguieron apostando por el orden defensivo y la búsqueda de las contras, un actitud que agradeció, sin duda, la Real, una escuadra que se siente cómoda con el balón en los pies y con el dominio del tempo del partido.
Pese a que el choque olía a empate, un resultado que beneficiaba a los donostiarras, una acción de última hora generada a medias entre Jon Bautista y Mikel Oyarzabal acabó con un postrero remate de este último que supuso el 0-1 y garantizó la presencia de su equipo en la siguiente ronda.
- Marcadores de la 5ª jornada de la fase de grupos:
Astana 2-3 Villarreal
Lokomotiv Moscú 2-1 Copenhague
Viktoria Plzeň 2-0 Steaua Bucarest
Lugano 1-0 H. Beer-Sheva
Colonia 1-0 Arsenal
BATE 0-0 Estrella Roja
Salzburgo 3-0 Vitória SC
Konyaspor 1-1 Olympique Marsella
Athletic Club 3-2 Hertha Berlín
Östersund 2-0 Zorya
Lazio 1-1 Vitesse
Niza 3-1 Zulte Waregem
Rosenborg 0-1 Real Sociedad
Zenit 2-1 Vardar