Dos grandes avenidas se encuentran en el bajo puente del Circuito Interior y la Calzada México-Tacuba, ahí además de automóviles, camiones y autobuses se pueden encontrar algunos comercios, pero también con mucho esfuerzo se ha construido un espacio que se sale de lo normal, ya que ahí es donde niños, jóvenes, adultos y adultos mayores pueden desarrollar aspectos que no solo los cambiarán físicamente, sino interiormente.
Judo Combat es una escuela situada en ese conocido bajo puente en la Ciudad de México y está bajo la guía del sensei Ricardo Rodríguez, quien ha sido profesor de judo por más de 30 años. La escuela ocupa un local comercial en el que solía ser un paradero de microbuses de la ruta 106, de la cual Rodríguez era presidente, y fue a partir de ahí que se creó el lugar que está cambiando muchas vidas: “Comencé a dar clases a operadores de microbús y sus hijos, después al público en general. Para poder obtener el lugar, tuvimos que hacer manifestaciones y vinieron granaderos a sacarnos".
“Estuvimos entrenando desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde del otro día, y solo así pudimos obtener el permiso. Mucha gente lo quiere para poner algún restaurante, pero gracias al deporte nos hemos mantenido aquí”, señaló el profesor. El impacto que ha logrado este centro también ha tenido un alcance fuera de sus paredes, el cual ha llegado incluso fuera del país: ocho alumnos de esta escuela participarán en el Campeonato Panamericano de Judo del 3 al 5 de noviembre en Lima, Perú. En ediciones anteriores consiguieron dos medallas de bronce en la categoría femenil.
“Voy a dar lo mejor de mí, y trataré de ganar”, externó José Icelo González, que competirá por primera vez en ese evento siendo quien consiguió oro en los Juegos Delegacionales de la Ciudad de México el fin de semana pasado. El coach explicó que no cuentan con ningún tipo de apoyo para participar en torneos internacionales, porque principalmente éstos se los dan a las selecciones. Aclaró que la delegación Miguel Hidalgo les brinda una beca a los alumnos que son seleccionados de la CdMx, y asimismo, el Instituto del Deporte les da otra si ganan en la Olimpiada Nacional.
“Para salir a representar a México en Panamericanos no hay ningún apoyo. Los padres se organizan”, mencionó el instructor, quien confirmó que algunos atletas botean para poder financiar los gastos o venden artículos y organizan torneos. “Por cada niño eran 28 mil pesos, pero el padre de una alumna consiguió mejores precios y la Federación nos dio la oportunidad de poder acceder. La Asociación Metropolitana de Judo nos obsequió los uniformes oficiales para todos los competidores y es el único tipo de apoyo que tenemos. El año pasado rifaron una moto, y nos dieron el dinero que se obtuvo para poder seguir participando”, indicó.
Finalmente, Rodríguez comentó que su propósito como maestro es “transmitir valores como el respeto, la lealtad y el que puedan convivir con la sociedad, para que sean personas de bien. Aparentemente las artes marciales son para pelear, pero al contrario, te calman. La filosofía del judo es que si te tiran, te tienes que levantar y seguir adelante, y así es en la vida”.
La escuela de judo está dejando una semilla en los alumnos de Rodríguez, quien recibió ese legado desde muy chico. “Empecé a entrenar a los cinco años, en el deportivo Victoria de las Democracias. Mi primer sensei fue Daniel Flores. Después estuve en el CDOM con el profesor Tomoyoshi Yamaguchi, ahí entrené dos años”, compartió el maestro para La Afición. “Me ha servido como defensa, para formar mi carácter y ser una persona de bien”.