Tras el regreso de la NBA en el Walt Disney World Campus Resort en Orlando, los aficionados han podido ser testigos del estado de los 22 equipos que tomarán parte de la disputa por el campeonato. Sin púbico presente y en medio de un mundo cada vez más digital, los protagonistas del juego volvieron a tener contacto con el baloncesto y reactivaron el espíritu competitivo antes la llegada del momento de la verdad y enfrentarse en el auténtico escenario: los Playoffs.
La defensa gana campeonatos
Durante y luego de la pandemia por el virus COVID-19, definitivamente el mundo no será el mismo, pero dentro del Universo NBA existe una condición inalterable: la defensa gana campeonatos. Alejados de los entrenamientos y la competición diaria, el proceso de readaptación trasciende más allá del ritmo y de lo físico, sobre todo en la ofensiva del juego se ven condicionados considerando las dimensiones de la cancha, las cuales son diferentes a las que están acostumbrados; el ancho visual es mayor y cambia la profundidad de fondo, esto puede afectar en la efectividad de tiros de campo.
En los partidos de preparación se ha visto un descenso considerable en el porcentaje de aciertos de los lanzamientos, con un volumen de intentos similar. Así, con la incertidumbre ofensiva una estrategia defensiva en el perímetro y dentro de la pintura podría ser la clave para mantenerse con vida en lo que resta de temporada regular y sobre todo una vez en instancias de Playoffs.
En esta arista, franquicias como los Philadelphia 76ers, Los Angeles Clippers, Milwaukee Bucks e incluso Miami Heat han dejado en claro que desplegando sus armas defensivas podrán marcar pautas en la artillería ofensiva enemiga y regular el ritmo del juego, creciendo únicamente en la defensa. El argumento durante los juegos de preparación fue puesto en marcha las defensas zonales y defensa bajo presión, sean un experimento o no, sabemos que las estrategias defensivas serán la clave.
Las estrellas siguen siendo las estrellas
Con menos minutos que lo habitual y evidentemente sin la misma intensidad de juego a la que estamos acostumbrados, fueron necesario pocos cuartos para ser testigos que en el momento que las superestrellas de cada equipo aprietan el acelerador, pocos jugadores pueden hacerles frente. Y a pesar de los minutos regulados, han dejado en claro que nada o prácticamente nada ha cambiado para ellos.
Giannis Antetokoumpo, en 61 minutos de acción a anotado 67 puntos. James Harden siendo el principal argumento ofensivo de los Rockets ha promediado 30 puntos en sus tres partidos disputados. Rick Rubio anotó 24 puntos, 4 asistencias y 4 robos frente a los Raptors. Por su parte, el siempre completo Luka Doncic terminó su último juego con 23 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. LeBron, sigue siendo LeBron.
La pandemia del balón perdido
Por falta de ritmo, las pérdidas de balón por partido se han propagado en la burbuja de la NBA más que el Coronavirus en nuestro país. La falta de rodaje, rutina y necesidad de recuperar la química de cada equipo ha conllevado a un aumento significativo en este apartado, provocado principalmente por errores de manejo y perdidas de control del balón.
Ejemplos como las 28 pérdidas cometidas por los Raptors frente a los Suns, 22 por los Celtics ante los Rockets, 21 por Bucks contra Pelicans o las 24 de Spurs en su partido frente a Nets reflejan bien esta problemática.