El documental The Last Dance, de ESPN e Netflix, sobre Michael Jordan ha devuelto la figura del astro del baloncesto a primera línea, rememorando su grandeza en la cancha y sus particularidades fuera de ella. Michael Phelps, el mejor deportista olímpico de todos los tiempos (28 medallas), es otro de los iconos del deporte estadounidense.
En una entrevista en Yahoo, el nadador de Baltimore se ve reflejado en la manera de ser de Jordan. “Para decirlo sin rodeos, todos dicen que era un imbécil, pero yo comentaría lo mismo sobre mí”, explicó Phelps, que reconoce que Jordan siempre fue una inspiración para él.
La natación es un deporte individual pero que se entrena en equipo. Bob Bowman fue el Phil Jackson de Phelps, un técnico que siempre lo entendió, que ejerció también de figura paterna.
El 23 veces campeón olímpico explica a fondo cómo era el trato con sus compañeros de entrenamiento.
“Era un imbécil cuando estaba entrenando porque quería ayudar a todos a asegurarse de que tenían las mismas posibilidades que yo de ganar. Todos estamos trabajando juntos como un equipo a pesar de que la natación es un deporte individual. Queremos lo mejor el uno para el otro, así que los desafiaré y me aseguraré de que se estresen”, dijo.
La vida personal de Phelps también le desvió en ocasiones del deporte, como ocurrió después de los Juegos de Londres 2012 y antes de su epílogo en Río, cuando tuvo problemas con el alcohol, problemas de depresión que le llevaron incluso a plantearse el suicidio, como él mismo reconoció años después.
Pero encontró en la natación y el nacimiento de su hijo las motivaciones para enderezar su vida. “Jordan era el tipo de deportista que quería ser, quería de algún modo hacer lo mismo que él hizo en el baloncesto”, dijo. (D)