Los vientos que cruzan el Lago di Garda parecen aún rendir culto a los antiguos dioses romanos. El mismo lugar donde se adoraba a la diosa Iside –Isis de la cultura egipcia– hoy es un centro de peregrinación para los veleristas del mundo y allí el peruano Jean Paul de Trazegnies alcanzó su segundo título mundial de sunfish, el pasado 10 de setiembre.
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“Haber sido campeón en un lugar soñado significa bastante”, nos dice Jean Paul. Oro en el 2018, volvió por mas gloria. Fue segundo el año pasado, pero no dejó de intentarlo y obtuvo un nuevo título esta temporada, en el escenario ideal y ante los mejores. “El que quedó tercero (el guatemalteco Juan Maegli) ha ido a cuatro Juegos Olímpicos y el segundo (el también guatemalteco David Hernández) fue campeón en el 2019″, nos dice.
Pero la victoria de Jean Paul va más allá de llegar por delante de todos, va desde el lado que él se siente bien consigo mismo y la felicidad de ver los colores patrios en lo más alto. Por eso celebra su título con todos, aun con quienes ven que este tipo de deporte es solo para una sociedad de élite. Lo entiende, pero aclara. “Hay que tener cuidado con los prejuicios. En unos comentarios me dijeron: ‘Este ni siquiera es peruano’. Con la madurez, uno decide no escuchar. Para competir, hay que solventar muchas cosas y esto lo pasamos todos: sin el apoyo económico privado y del Estado, no vamos a tener el roce internacional”, reflexiona Jean Paul, de apellido ilustre en el deporte, aunque él ha sabido generar su propia historia en la vela.
EL PODIO
Con esa autoridad, exige algo para todos. “La tabla tiene la suerte de tener un Centro de Alto Rendimiento en Punta Rocas. Si logramos algo así para la vela sería increíble. Tener clínicas de entrenamientos intensivos en Paracas. Tener habitaciones, gimnasios y otras facilidades. Así vendría gente de nivel internacional y los peruanos aprovecharían para crecer como deportistas”. Al sur de Lima, Paracas es un paraíso para la vela. Ojalá pronto se pueda pensar en un proyecto como nuestros veleristas lo imaginan.
En competencia
—El maratonista—
Tras su paso por el optimist, se decidió por el sunfish para tentar una clasificación a Toronto 2015. Lo hizo, pero no logró la medalla. Así que siguió en el mismo camino, aun cuando esta modalidad no es olímpica. Quería logros en esa disciplina y llegaron: el título mundial 2018 y el de este año. Lima 2019 parecía el escenario perfecto, pero no pudo clasificar en sunfish y compitió en otra modalidad. Por eso, su reto pendiente ahora recae en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Los Juegos Odesur son el primer paso. Desde mañana buscará el cupo -compiten hasta el jueves-. Pero su competencia no quedará en la Playa San José de Encarnación, Paraguay. “Acabo el 7, el 8 estoy en Lima y de inmediato vuelo a Chicago para el 9 correr la maratón”, nos dice.
Así es Jean Paul, un gerente comercial que ama el running. Ya corrió la maratón de Miami, la de Nueva York y ahora va por la de Chicago. No irá por su marca personal, pues su carrera tiene una proeza mayor: correrá junto a su enamorada, quien se enfrentará por primera vez a los 42k.
—Al Mundial SSL—
Los vientos peruanos han formado a grandes veleristas individuales y colectivos. Como tal, la Bicolor busca la gloria en el SSL Gold Cup. “Como un mundial de fútbol”, lo han denominado los organizadores y Perú está entre los clasificados.
En junio logró su pase en Suiza y a fines de octubre empezará el mundial en la Ronda 32. Aún no se definen los rivales. “Fue un gran reto. Todos somos timoneles, excelentes navegantes, pero para esto teníamos que dejar varias cosas de lado. Dejar el ego y aprender algo nuevo”; nos dice sobre lo que significa competir con 10 navegantes sobre un gran bote.
Stefano Peschiera capitanea este equipo y Jean Paul forma parte de él. También están Javier Arribas, Florencia Chiarella, Alonso Collantes, entre otros. Un gran equipo al que se sumarán nuevos nombres para la competencia de Baréin. Perú peleará entre los grandes y tiene como hacerlo.
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