La artritis es una enfermedad común tanto en hombres como en mujeres. Si bien es cierto puede impedirnos realizar movimientos, sobre todo en función del grado en que desarrollemos la enfermedad, el running podría mejorar la respuesta de nuestro cuerpo ante esta situación.
Para entender de qué se trata esta enfermedad, el entrenador y nutricionista personal Carlos Lázaro la define como una inflamación articular que incluye cerca de cien tipos de enfermedades reumáticas. Dichas enfermedades son las que afectan a las articulaciones, la musculatura o el tejido conjuntivo que soportan varias estructuras del cuerpo.
¿Cómo nos afecta esta enfermedad?
Lázaro señala que suele ser crónica. Es decir, dura toda la vida. Los primeros síntomas que advierten de la posibilidad de tener artritis son dolor, incremento de la medida de la articulación y limitación del movimiento.
Respecto a las edades, afecta a adultos a partir de los 25 años, siendo su máxima incidencia entre los 45 y los 55.
Y en cuanto al género, la artritis afecta más a mujeres que a hombres. “Aproximadamente dos tercios de las personas con artritis son mujeres”.
Esta limitación de movimientos nos afecta en la realización de actividades cotidianas.
¿El running es adecuado cuando padecemos artritis?
Durante la fase aguda de la artritis, es importante mantener el reposo. No obstante, la inactividad constante se traduce en debilidad muscular, rigidez en las articulaciones, limitación de la movilidad articular y disminución de la vitalidad y del sistema inmunológico.
Es por ello que es recomendable un equilibrio entre ejercicio y reposo, dependiendo siempre de las características de la persona.
“Las personas que padecen artritis tienen la musculatura más débil, con menor flexibilidad articular, amplitud de movimiento y capacidad aeróbica que las personas sanas de su misma edad y somatotipos”, afirma Lázaro.
De la misma manera, se sabe que personas con artritis presentan más riesgo de contraer otras enfermedades, incluidas patologías cardíacas, osteoporosis y diabetes.
Sin hacer deporte, la artritis conlleva dolor, lo que nos induce a mantenernos inactivos. Así, desarrollamos una debilidad muscular que nos tendrá menos protegidos y sufriremos mayor dolor articular.
Por el contrario, si sobrellevamos la artritis practicando el ejercicio apropiado, obtendremos mayor movilidad articular y más reforzamiento muscular, de manera que nuestras articulaciones estarán más liberadas y protegidas y sufriremos menos crisis de dolor.
Beneficios del running en caso de padecer artritis
Mejoramos la funcionalidad articular y el rango de nuestros movimientos. Así, disminuimos los efectos de la artritis. También incrementamos la fuerza y capacidad aeróbica para rendir más en nuestras actividades diarias. El running mejora nuestro ánimo y reduce las probabilidades de sufrir patologías cardíacas, diabetes o hipertensión, entre otras.
La importancia de una valoración personalizada
David Suárez Rodríguez, strength conditioning coach en el club de Rugby Sant Cugat, recomienda que antes de iniciar cualquier tipo de actividad física, se tendría que hacer una valoración funcional. Este análisis considera diferentes aspectos como por ejemplo la fuerza, resistencia o amplitud de movimiento, la clase o grado de patología, cuánto tiempo lleva con ella o el umbral del dolor, entre otros.
“A partir de aquí, ya podríamos prescribir qué actividad física es la más adecuada para la persona y cómo planificarla. Por lo tanto, tiene que haber una individualización y prescripción de la actividad física para cada persona”, recalca.