Estaban jugando Djokovic y Federer la final de Wimbledon cuando habló Lorenzo y su partido le inspiró a la hora de explicarse: “Un tenista al que no le va bien la hierba, y tiene que jugar dos o tres torneos seguidos en ella, puede ser muy bueno, pero ahí lo pasa mal. Y es lo que me ha pasado a mí en estas dos carreras. Nunca he tenido problemas en especial con los neumáticos, pero desde que han traído estos siempre me ha costado y, a pesar de que hemos hecho un gran esfuerzo por solucionarlos, con la electrónica, quitando potencia y trabajando mucho, al final siempre han aparecido. Lo único que he podido hacer es esforzarme al máximo para no perder el hilo de los rápidos y terminar in caerme”.
Figueredo: "La inconsciencia de la gente va a costar cara"