"Te voy a decir que sí: he sentido que la gente estaba conmigo y por eso no podía parar de llorar... que te hagan una ovación así en una final de Grand Slam, y que yo haya hecho sentir eso a tanta gente en una pista de tenis... por eso no podía parar de llorar. Todo ha sido una mezcla de alegría y sufrimiento".
Esa fue la respuesta precisa de Garbiñe Muguruza a la pregunta que la cuestionaba sobre las lágrimas que había dejado escapar en la Centre Court de Wimbledon después de perder la final del torneo ante Serena Williams.
"He salido de la pista sabiendo que en una final de estas y ante una jugadora tan buena como Serena, el saque y el resto importan muchísimo. Cuando una jugadora como Serena coge el ritmo que ella ha cogido de saques, restos y tiros ganadores, las cosas pasan muy rápido. Yo solo he querido continuar luchando hasta el final, porque sabía que Serena también esaba nerviosa, como de hecho estuvo. Voy a seguir trabajando exactamente igual que hasta ahora. Al final, las cosa no cambian tanto para un tenista".
"Será complicado que en dos años pueda alzar aquí el trofeo de Wimbledon, como ha dicho Serena Williams, pero ojalá pueda hacerlo. Sí está claro que a la hierba ya le he cogido el tranquillo. Es complicado, insisto, pero ojalá. Ahora voy a descansar con mi familia, que es lo que me apetece, y después seguiremos trabajando igual que está ahora. No tengo planes especiales de cara al US Open, nada cambia. Este torneo ha sido muy largo, pero no cambiaré la programación y ahora pensaré en la gira americana", acabó Garbiñe Muguruza.