De India a México, pasando por Egipto, Grecia, Roma, y los pueblos celtas, no es extraño el lugar de honor que se le otorga al llamado Astro rey. De entrada, es el mayor cuerpo celeste del sistema solar. Su circunferencia es 109 veces mayor en relación con la de la Tierra y su peso es 333 mil veces el de nuestro planeta.
En el núcleo solar, la gravedad produce una presión intensa y temperaturas de hasta 15 millones de grados Celsius que varían en capas más exteriores hasta llegar a los fríos 5 mil grados de su superfi cie y de ahí, pasados ocho minutos que es lo que tarda en llegar la luz solar a la Tierra se origina toda la vida terrestre.
De hecho, si el sol se apagara, de acuerdo con la revista Popular Science, en solo una semana la temperatura media del planeta llegaría a cero grados centígrados y en un año la temperatura media de la Tierra alcanzaría los -70 grados, lo que representaría el fi n de la vida como la conocemos.
Eso si ocurriera un apagón solar. En el supuesto y poco probable caso de que el sol se destruyera, las consecuencias serían mucho peores, dado que nuestra estrella es el centro gravitatorio del Sistema solar. Sin la gravedad del sol todos los planetas, incluida la Tierra, saldrían disparados por el espacio.
Así, el sol simboliza vida, energía, sabiduría, conciencia, plenitud, gracia, gloria y justicia divina. El sol, de hecho, representa a Dios mismo, su poder y su fuerza.
Y es justo el 25 de diciembre, tres días después del Solsticio de Invierno, cuando en el hemisferio norte del planeta se celebra el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Es el renacimiento de la fuerza solar después de la noche más larga del año que coincide con el festejo del nacimiento de Jesucristo. En los albores del cristianismo, según la revista Biosofía, Cristo siempre fue llamado el Sol.
Jesús, como establecen los Evangelios, es "la luz verdadera, que alumbra a todo hombre"... "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina a oscuras", reza otro pasaje, y como explica el investigador Herón Pérez, Jesús es para sus seguidores el sol de la verdad, el sol invicto o el sol que irradia la justicia: "Cristo, como el sol, es a la vez fuego que purifica y luz que alumbra, y si el sol es epifanía de Dios, entonces Dios es la luz de los hombres".
LLEVANDO EL SOL A LA PRÁCTICA
La mitología hindú también entiende el papel del sol. En tiempos antiguos fue venerado como Surya, uno de los principales dioses védicos, responsable de la salud y la vida alrededor del cual había rituales de sanación mental, emocional y espiritual. Una de estas antiguas prácticas era el llamado Surya Namaskar, pero en Egipto, México, Perú y Norteamérica también se tenían este tipo de ejercicios que utilizaban la luz del sol para sanar
Como ejemplo, para obtener la energía para su cuerpo, los nativos norteamericanos tomaban baños de sol durante dos horas, exponiendo la mayor cantidad de partes de su cuerpo y no necesitaban comer alimentos en esos días, "sosteniéndose con los micro alimentos de la luz del sol..."
LA DIETA DEL SOL
La técnica rescatada por el yogui y ex ingeniero mecánico y comerciante retirado hindú, Hira Ratan Manek, se remonta 2600 años atrás en su natal India, donde ya se conocían los efectos benéfi cos de la luz solar. La peculiaridad de esta práctica llamada originalmente Surya Namaskar y hoy conocida como Sungazing, es que debe mirarse directamente al sol por al menos 10 segundos e ir poco a poco aumentando este tiempo, desde luego en las horas en que no es perjudicial, es decir durante la primera hora luego del amanecer o antes del atardecer, horas en las que la radiación infrarroja y ultravioleta es nula o mínima, evitando así daños oculares o corporales.
Así como se está empezando a utilizar la energía solar para el funcionamiento de cocinas, calentadores y automóviles, del mismo modo el ser humano puede utilizar este combustible para funcionar. Tradicionalmente, la alimentación humana proviene de fuentes secundarias de energía como los vegetales, que dependen en gran medida del sol para su crecimiento, "simplemente, la idea aquí es aprender cómo absorber la energía de la fuente primaria, es decir, del sol mismo".
Hay una explicación científica de lo que puede estar ocurriendo durante la práctica de este método como explica la página sungazing.es.tl y es que dado que el cerebro es un potente receptor, y que la retina y la glándula pineal —el llamado tercer ojo para la tradición tántrica— están equipadas con células visuales, "podría estarse registrando una especie de fotografía orgánica durante el Surya Namaskar, proveyendo al practicante de todos los tipos de energía y vitaminas que son necesarios para el buen funcionamiento de sus órganos internos". Además, los rayos del sol con los siete colores que contiene la luz, tienen una cura para todo tipo de enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, obesidad, artritis, osteoporosis, depresión e incluso cáncer, además de brindar equilibrio a la mente.