Las autoridades migratorias de Estados Unidos cuentan con un mecanismo que permite remover del país de forma casi automática a ciertos extranjeros, sin que exista una audiencia previa ante un juez. Esta facultad es aplicada por Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y la Patrulla Fronteriza, con el objetivo de acelerar procesos y descongestionar los tribunales migratorios.
La medida habilita a los agentes a ejecutar la deportación cuando determinan que una persona ingresó sin autorización o no puede demostrar su permanencia legal en el país. No se trata de una decisión judicial, sino administrativa, lo que reduce drásticamente las posibilidades de defensa inmediata.

No presentar pruebas puede derivar en deportación inmediata.
Inmigrantes en riesgo: cuándo se aplica la expulsión exprés
La deportación acelerada puede activarse si se cumplen tres factores clave:
- No contar con visa, residencia permanente u otro permiso migratorio válido.
- No poder probar una permanencia continua de al menos dos años en Estados Unidos.
- Haber sido interceptado por autoridades migratorias en cualquier punto del país, no solo en la frontera.
Documentos clave para evitar la deportación inmediata
Las personas detenidas deben respaldar su tiempo de permanencia con pruebas concretas y verificables. Entre los documentos más utilizados se encuentran:
- Talones de pago, comprobantes laborales o registros de empleo
- Contratos de arrendamiento y facturas de servicios básicos
- Declaraciones de impuestos estatales o federales
- Historiales escolares o médicos
- Cartas oficiales de entidades como el IRS, bancos o aseguradoras
Contar con esta documentación puede marcar la diferencia entre permanecer en el país o enfrentar una expulsión inmediata, sin audiencia ni revisión judicial.