El gobierno de Estados Unidos ha implementado una nueva regulación federal que afectará directamente a miles de trabajadores inmigrantes en California. Según esta disposición, el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) tiene ahora prohibido emitir o renovar licencias de conducir comerciales (CDL) a personas que no sean residentes permanentes legales en el país.
La medida también afecta a quienes tienen visas temporales o permisos de trabajo vigentes, que ya no podrán acceder a este tipo de licencia profesional.

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A partir de ahora, Estados Unidos prohibirá que los inmigrantes realicen estos trabajos
El Departamento de Transporte (DOT) justificó la medida como una "acción de emergencia" tras detectar irregularidades en la emisión de licencias comerciales a conductores sin estatus migratorio permanente. Según la agencia, permitir que estos inmigrantes operen vehículos de carga pesada o de transporte público representa un riesgo potencial para la seguridad vial.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que, si California no se ajusta a la nueva normativa, podría perder hasta 160 millones de dólares en fondos federales, además de su autoridad para expedir licencias comerciales.
Esta restricción excluye a miles de inmigrantes que trabajaban de manera legal y estable en diversos oficios esenciales para la economía local. A partir de ahora, quienes no cuenten con residencia legal ya no podrán desempeñar los siguientes trabajos en California:
- Conductor de camiones de carga pesada
- Chofer de reparto local o regional
- Operador de maquinaria pesada o de construcción
- Conductor de autobuses o transporte público
- Transportista de materiales peligrosos
- Chofer de turismo o transporte ejecutivo
- Operador de vehículos de servicios públicos o municipales
Un golpe económico y social para los inmigrantes en EE. UU.
Obtener una licencia de conducir comercial (CDL) ha sido históricamente una de las vías más seguras para que los inmigrantes accedan a empleos bien remunerados y estables. Con esta nueva disposición, miles de familias podrían ver afectada su principal fuente de ingresos.
Mientras tanto, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes denuncian que la medida discrimina a trabajadores esenciales y agrava la escasez de conductores en el sector del transporte, uno de los pilares de la economía estadounidense.