El color rojo volverá a llenar la tercera línea de salida en un Gran Premio de Fórmula Uno este año. El finlandés Kimi Räikkönen partirá en quinto, junto a su compañero en Ferrari, el alemán Sebastian Vettel, en Estados Unidos, pero de nuevo por detrás de los Red Bull.
Los monoplazas de la Scuderia no fueron capaces de terminar en el mismo segundo que sus rivales de la escudería austriaca, mientras que Daniel Ricciardo y Max Verstappen tuvieron registros de 1:35 en la mejor vuelta de la calificación, Räikkönen y Vettel estuvieron arriba del 1:36, más cerca del Force India de Nico Hülkenberg que de sus teóricos rivales por el segundo puesto del campeonato.
“Obviamente no podemos estar contentos por cómo terminamos, sobre todo por la diferencia de tiempos respecto a los autos del frente, hicimos lo que pudimos, pero nuestra posición de arranque está lejos de ser la ideal, esa es la realidad, pero ahora tenemos que ser fuertes en la carrera”, reconoció Räikkönen.
En los últimos tres Grandes Premios al menos un auto de Red Bull ha terminado en el podio, mientras que Ferrari no celebra con champagne desde el tercer puesto de Vettel en Italia.
En la suma, los austriacos tienen una ventaja de 50 puntos respecto a los monoplazas rojos, y la ventaja podría extenderse en Austin, para continuar con la pesadilla de la Scuderia en esta segunda parte de la campaña.
“La calificación no fue buena, esperamos que la carrera sea mejor. La estrategia ya está lista en términos de las llantas para arrancar (supersuaves), pero guardaremos algunos sets de neumáticos nuevos, puede ser un Gran Premio interesante, la degradación puede jugar un papel fundamental”, aseguró el alemán Sebastian Vettel.