Tres goles de Lewandowski sirvieron para que Polonia sumara su primera victoria (3-2) en la fase de clasificación para el Mundial, frente a Dinamarca, en un partido con un marcador más ajustado de lo que en realidad se vio sobre el campo.
Polonia, muy superior en la primera pare, se puso 3-0 tras el descanso, pero un error grosero y un exceso de conservadurismo pudieron costarle igual de caro que hace un mes, cuando acabó empatando contra Kazajistán un encuentro que ganaba por dos tantos.
El delantero del Bayern puso los goles, aunque el verdadero quebradero de cabeza para los daneses fue Grosicki, que con su velocidad y su buen pie volvió loco a Ankersen y a quien se le pusiera delante. De sus botas salieron las jugadas de los dos goles y la mayoría del peligro polaco en la primera parte.
Dinamarca había salido mejor, y Fischer avisó en una buena maniobra al inicio del partido, que acabó sin embargo con un tiro desviado. Pero se fue diluyendo poco a poco, superada por la mayor agresividad y ritmo de los polacos.
Polonia supo cómo frenar a su rival. Secó a Eriksen y tapó las subidas de los carrileros, condenándolo a una posesión estéril, sin muchas posibilidades de explotar las bajas atrás de los locales.
Grosicki sacó petróleo por la banda izquierda, y tras avisar en un par de centros venenosos, secó a Ankersen con un regate y regaló con un pase raso el gol a Lewandowski, que fusiló a Schemeichel en el área pequeña.
Dinamarca equilibró un poco el partido, pero fue un espejismo. Era Polonia la que llevaba peligro. Y en otra jugada de Grosicki, que se sacó un gran centro con el exterior, Vestergaard derribó a Milik por detrás. El claro penalti lo ejecutó seguro Lewandowski.
La lesión del atacante del Nápoles al final del primer tiempo hizo que Nawalka cambiara el dibujo: metió a un centrocampista (Linetty) y pasó a jugar con Lewandowski solo en punta.
La estrella del Bayern, que lleva siete partidos de clasificación seguidos marcando, volvió a dejar en evidencia a la zaga danesa. Un mal despeje de Christensen a un pelotazo sin peligro se convirtió en una carrera de cuarenta metros en la que Lewandowski le sacó varios cuerpos a Vestergaard para definir ajustado frente a Schemeichel.
El partido parecía cerrado, pero un cómico gol en propia puerta de cabeza de Glik al minuto le dio vida a Dinamarca, que se fue hacia arriba y mejoró en la presión y la circulación.
Polonia se veía ganadora y pecó de un exceso de confianza. Poulsen cazó un balón dentro del área y puso el 3-2 cuando mejor jugaban los daneses.
Quedaban veinte minutos y de repente Dinamarca avistaba el empate. Pero los polacos se rehicieron y supieron gestionar el resultado sin pasar grandes apuros.
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