No todo es bateo... El espectáculo lo ponen los cañoneros pero los triunfos los amarran los lanzadores. Sí, Edwin Encarnación se llevó la noche porque él fue el encargado de hacer que Toronto festejara que jugará la Ronda Divisional frente a Texas, con su jonrón de tres carreras en la entrada 11, pero los que pusieron el show más importante fueron todos los que se subieron al centro del diamante después del abridor. Por ellos los Azulejos festejaron otra vez en los vestidores.
El primero en subir a escena fue Marcus Stroman a quien le pedían que contuviera lo más posible a los máximos jonroneros de las Grandes Ligas al menos por espacio de cinco tandas. El abridor les dio seis capítulos en los que solo permitió cuatro hits y dos carreras, con seis ponches. Se fue Stroman con el juego 2-2, así que todo quedaría bajo la responsabilidad del bullpen. Al escenario fueron llamados un zurdo (Brett Cecil) quien sacó un out, entró entonces un derecho (Joe Biagini) quien actuó dos tercios perfectos.
Siete entradas estuvieron cubiertas y Jason Grilli (derecho) se hizo cargo del octavo acto también con una actuación perfecta con aplausos del respetable.
En el novena capítulo se habló en español porque el mexicano Roberto Osuna dio otra cátedra y en tres hombres acabó su presentación. La buena noticia para los Azulejos es que su pitcheo cumplió y en nueve entradas solo admitió dos anotaciones, pero la mala es que su bateo solo había anotado dos veces y, nueve rollos no fueron suficientes.
Entonces la obra requirió de más actuaciones de los relevos. Osuna volvió bajo los reflectores y sacó un out del décima pero una molestia (que no ha sido reportada aún), obligó a que al escenario entrara Francisco Liriano. El riesgo era que el abridor tuviera algún titubeo que en un juego normal no sería tan peligroso (por ejemplo, cuando le anotan a un inicialista en el primer inning) pero el dominicano apretó el brazo por 1.2 tandas. Algo con lo que no pudo cumplir Ubaldo Jiménez, quien normalmente es abridor y que ayer empezó lento: hit, hit y el jonrón del triunfo de los locales.
El resumen de los actores de relevo: 5.0 entradas, cero hits, cero carreras, una base y seis ponches. Aplausos de pie realmente merecidos pero que no se llevaron ellos sino Encarnación, el que hizo que comenzara la fiesta en Toronto.