Ander Herrera será el segundo español disputando el Torneo Apertura de Argentina
El fútbol argentino no será vistoso ni fuerte económicamente, pero tiene algo que atrae a los extranjeros al punto de que están dispuestos a cambiar rotundamente su vida con tal de vivir la experiencia.
Puede ser la cantidad de estrellas albicelestes a lo largo de la historia como Messi y Maradona, los míticos estadios o la pasión dentro de los mismos, pero el hecho de que estrellas mundiales que no tienen ningún vínculo con Argentina resignen contratos millonarios y la tranquilidad de su vida para meterse en el caos es como mínimo llamativo.
En los últimos años se vio con más frecuencia tras las llegadas del legendario mediocampista italiano Daniele De Rossi, el goleador charrúa Edinson Cavani y el español Iker Muniain, pero ahora es el turno de Ander Herrera. En el fútbol argentino, a diferencia de las ligas europeas y las más poderosas económicamente dentro de América, no suele haber muchos jugadores extranjeros. De hecho en el Torneo Apertura 2024 hay jugadores de 17 países distintos y solo 6 de estos tienen 5 representantes o más. Uruguay con 55 jugadores es por lejos el país que más jugadores provee al fútbol argentino y España con 2 se metió en el Top 10.
Cavani llegó a Boca Juniors por un sueño personal, pudo haber ido en busca de los millones en Arabia Saudita o la MLS pero prefirió estar cerca de su país y competir al máximo nivel hasta el final de su carrera. Hoy le llegó un ex compañero del Manchester United (tercero sumando a Marcos Rojo y Sergio Romero) para aportar su calidad y experiencia en la mitad del campo.
Herrera será el segundo español en el Torneo Apertura y competirá contra su amigo Iker Muniain, bandera de un San Lorenzo que no atraviesa su mejor momento. El volante ofensivo había declarado su amor a River Plate pero por motivos desconocidos no firmó con el ‘Millonario’ e igualmente decidió vivir la experiencia Argentina con el ‘Ciclón’.
El ex Real Zaragoza, Athletic Club, Manchester United y PSG llegó libre tras acordar su salida del club vasco y firmó contrato hasta fines de 2025 con posibilidad de extenderlo por uno más. A sus 35 años tendrá que adaptarse a un país y fútbol muy distinto, pero llega con la ambición de conquistar la tan ansiada séptima Copa Libertadores con Boca Juniors, logro que lo convertiría en leyenda azul y oro.
