James llegó al Rayo Vallecano como figura, pero sólo ha jugado seis partidos y su reencuentro con el Real Madrid no será como se esperaba
MADRID -- El reencuentro de James Rodríguez con el Real Madrid no será como el gran protagonista que se esperaba tras su fichaje por el Rayo Vallecano, que fue sólo un soplo de grandeza para el equipo del barrio obrero de Madrid y tiene pinta de terminar como una de las peores operaciones en la historia de su presidente, Raúl Martín Presa.
Y es que en el año de su centenario, el Rayo Vallecano deseaba una guinda al pastel del proyecto deportivo. Y con James Rodríguez se juntaba todo: un jugador excelso, con una imagen internacional tremenda y un salto de calidad para un equipo que nunca ha tenido a alguien de ese calibre en décadas.
De hecho, cuentan los más viejos del lugar que el fichaje de James sólo podría equipararse al de Hugo Sánchez cuando, allá por agosto de 1993, el mexicano llegaba al club de la franja. Y podríamos encontrar varias similitudes entre un caso y otro, pero también varias diferencias. Por un lado, ambos llegaban con la vitola de super estrellas mundiales, los dos habían tenido carreras diferenciales en el Real Madrid y su exposición impulsó al Rayo a unas cuotas de mercado mediático nunca vistas antes.
Sin embargo, Hugo Sánchez, que descendió con el equipo aquella temporada, marcó 16 goles y dejó un grandísimo recuerdo en Vallecas. Lo de James, de momento, es una decepción en toda regla. Pero no todo es culpa del jugador.
Primero porque desde el entorno del Rayo cuentan a ESPN que el jugador fue un capricho del presidente y no tanto de la dirección deportiva. Y segundo porque este hecho se nota en el campo: James Rodríguez ha jugado seis partidos sin ningún gol, ninguna asistencia y, lo peor de todo, ninguna incidencia en el juego porque da la sensación de que el míster, Iñigo Pérez, prefiere otras opciones.
¿Ha sido la falta de adaptación de James otro punto a tener en cuenta? Sin duda. Y es que el Rayo Vallecano es un club tan distinto al resto que puede condicionar el rendimiento de sus jugadores: “O llegas preparado para todo u olvídate”, comenta entre risas un compañero después del entrenamiento. Y no cualquier jugador se adapta como el resto a Vallecas.
En el caso de James puede hasta entenderse. Un futbolista que está acostumbrado a los focos, a los lujos y a las comodidades de los grandes clubes llega a una entidad tan humilde que carece de lo que para alguien como James sería lo normal. El Rayo no tiene la misma estructura, ni el mismo número de trabajadores que los grandes. Por no tener, no ha tenido una evolución de su estadio en las últimas décadas. Salvo obras muy aisladas, el estadio sigue siendo el mismo que cuando Hugo Sánchez llegó en 1993. Y claro, el cambio es tan drástico que incluso la falta de adaptación podría ser falta de información por parte del presidente Martín Presa a su nueva estrella durante la negociación del fichaje.
Lo que está claro es que James no está cuajando y, sea como fuere, su adaptación a la idiosincrasia del Rayo está dificultando su rendimiento. Las fuentes consultadas por ESPN apuntan a que lo normal es una salida del cafetero a final de temporada si no se revierte la situación, y eso que el jugador puso de su parte desde el principio porque quería volver a vivir a Madrid.
Este fin de semana las cámaras estarán muy pendientes de James porque se enfrenta, por primera vez desde su vuelta a España, a su exequipo. El Real Madrid llega con la necesidad de no pinchar y James podría incluso ver el partido desde el banquillo. Todo apunta a ello. Veremos a ver si tiene oportunidades o no o si, por el contrario, es el punto de inflexión para que el fichaje tome una decisión de cara a su continuidad.
Como dice un trabajador y socio del barrio, “que lo hable con Martín Presa, que fue quien le fichó”. No hay más.