Carácter. Actitud. Compromiso. New York Knicks construye su presente en la NBA con esos tres aspectos como base innegociable. Y a partir de allí busca un crecimiento que lo lleve a competir por la gloria máxima.
Jalen Brunson es, sin dudas, el líder y cerebro de estos Knicks dentro de la cancha. Es quien ejecuta a la perfección las ideas y los objetivos que plantea el entrenador Tom Thibodeau. Conduce, anota y asiste. Y en defensa también es fuerte.
Josh Hart es el corazón del equipo. Se entrega en cada partido al 100% y hace lo que el conjunto requiera. Además de ser el pilar defensivo, tiene un espíritu colectivo de un valor incalculable. Si es necesario, es una de las vías principales de anotación. Pero puede no tomar tiros al aro por largos períodos de tiempo sin problemas.
Karl-Anthony Towns llegó para ocupar un rol estelar. Y está en ese proceso. Cada día se lo nota mejor que el anterior, más cohesionado con sus compañeros y con el protagonismo por el que decidieron ir a buscarlo a Minnesota Timberwolves en el traspaso con Julius Randle y Donte Divincenzo.
OG Anunoby, Mikal Bridges, Miles McBride y Precious Achiuwa conforman la retaguardia. No siempre lucen, pero siempre están dispuestos a aportar su trabajo para el fin grupal.
Los Knicks se ubican en la cuarta posición de la Conferencia Este con 15 triunfos y 9 derrotas. El récord es peor del esperado antes del inicio de la temporada, pero el camino es largo y el reacomodamiento de piezas lleva tiempo. Que además de Boston Celtics haya otros dos equipos con mejor registro se explica más por el muy buen inicio de Cleveland Cavaliers y de Orlando Magic que por el desempeño de los Knicks. Lo más importante para Thibodeau es conseguir que el funcionamiento llegue a su nivel óptimo en los playoffs.
La postemporada marcará si todo lo hecho antes fue lo correcto. En la 2023-2024 la eliminación en Semifinales de Conferencia frente a Indiana Pacers dejó un sabor agridulce. Los Knicks compitieron y llevaron una apasionante serie a siete partidos, pero tenían material para llegar más lejos.
La manera de jugar de estos Knicks revive, por momentos, la de los de la década de 1990 en la que el equipo liderado por Patrick Ewing llegó a dos Finales de la NBA: en la de 1993-1994 perdieron en siete partidos contra Houston Rockets y en la de 1998-1999 cayeron en cinco juegos ante San Antonio Spurs.
Esas apariciones en las Finales fueron las últimas para los Knicks, que luego estuvieron 16 de 25 campañas fuera de los puestos de playoffs y en las que se clasificaron solo avanzaron hasta las Finales de Conferencia en la de 1999-2000.
Los Knicks, fuertes a ambos lados de la cancha
New York Knicks es el equipo con mejor ratio ofensivo de la NBA a esta altura de la temporada. El conjunto de Thibodeau anota 121 puntos cada 100 posesiones, un índice que lo ubica por sobre los Cavaliers y los Celtics, los dos mejores de su Conferencia.
Además, los Knicks tienen el segundo mejor porcentaje de efectividad en la liga tanto en tiros de campo (50,1%) como en triples (39,9%) y el mejor registro en tiros libres (81,5%).
En defensa sobresalen su cuarto puesto en puntos de segunda chance del rival (12,5) y quintos en puntos de contraataque recibidos (12,9). También, el dominio de Towns en los rebotes (13,3 por partido), segundo en la liga detrás de Nikola Jokic. Pero lo que resalta más allá de los números es el compromiso y la actitud al momento de proteger su canasta.
El triunfo en Toronto, una muestra de carácter
La victoria de este lunes de los Knicks ante los Raptors (113-108), en el único partido de la jornada en la NBA, fue una clara demostración de lo que pueden ofrecer estos Knicks.
Cuando el equipo pudo fluir en ataque, lo hizo de la mano de Brunson y las finalizaciones de Towns. Cuando tuvo que luchar, también se hizo cargo de la situación.
El momento de tensión con la posible lesión de Brunson (20 puntos, 10 asistencias y 4 rebotes) cuando pisó a un hincha cerca del cierre del tercer cuarto se resolvió con la reaparición del base en cancha, quien fue clave con un triple en el momento más caliente del juego.
Y el moño lo puso Towns (24 puntos, 15 rebotes, 6 asistencias, 2 tapones y 2 robos) con otro triple que fue la llave que cerró la victoria.
Los Knicks festejaron eufóricos el éxito en Toronto. Saben que cada victoria reforzará la convicción en el camino elegido, ese por el que desean llegar a lo más alto.