El presidente electo Donald Trump ha reavivado la controversia acerca de la eliminación de la ciudadanía por nacimiento, un derecho fundamental protegido por la Constitución desde hace más de 150 años. Esta normativa asegura que toda persona nacida en territorio estadounidense adquiere automáticamente la ciudadanía, un beneficio que ahora podría estar bajo amenaza.
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Durante una reciente entrevista, Trump afirmó: “Vamos a tener que cambiarlo”. Aunque no especificó cómo planea proceder, su declaración ha generado inquietud sobre el futuro de este derecho fundamental. A pesar de haber planteado la cuestión en su primer mandato, no se tomaron medidas significativas en ese momento, lo que deja en el aire la posibilidad de un cambio real.
La base constitucional de la ciudadanía por derecho de nacimiento
La Decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos establece claramente que “toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción será ciudadana de los Estados Unidos y del estado en el que resida”. Esta disposición ha sido fundamental para garantizar la ciudadanía a millones de personas nacidas en el país.
La cláusula de jurisdicción crea una excepción muy limitada, aplicándose principalmente a los hijos de diplomáticos extranjeros. En términos generales, la ciudadanía o el estatus migratorio de los padres no afecta este derecho. Sin embargo, el debate sobre la interpretación de esta enmienda ha cobrado fuerza, especialmente entre los aliados de Trump, quienes sugieren que podría excluir a los hijos de inmigrantes indocumentados.
Limitaciones de Donald Trump sobre los inmigrantes nacidos en EE. UU.
Es crucial entender que el presidente no tiene la autoridad para enmendar la Constitución por sí mismo. Cualquier intento de hacerlo mediante una orden ejecutiva sería casi con toda seguridad impugnado en los tribunales, ya que violaría la Decimocuarta Enmienda. La interpretación de la jurisdicción en la enmienda ha sido objeto de debate, pero el consenso académico y jurídico sostiene que los argumentos para restringir la ciudadanía por derecho de nacimiento tienen pocas posibilidades de éxito en los tribunales.
A pesar de esto, algunos juristas han comenzado a considerar que la Corte Suprema podría, en algún momento, encontrar argumentos a favor de limitar la ciudadanía por derecho de nacimiento más persuasivos que en el pasado. Amanda Frost, profesora de derecho en la Universidad de Virginia, según recogió The New York Times, señala que “el terreno está cambiando”, lo que sugiere que la discusión sobre este tema podría evolucionar en el futuro.
Para concluir, aunque la ciudadanía por derecho de nacimiento está firmemente arraigada en la Constitución, el clima político actual y las declaraciones de figuras como Donald Trump han reavivado un debate que podría tener implicaciones significativas para el futuro de la ciudadanía en Estados Unidos.