Hace un año, Aracelis y Dalbert Marín arribaron a Estados Unidos después de solicitar asilo desde Venezuela. Durante los primeros seis meses, vivieron en un refugio en Chicago, luego de que Texas comenzara a enviar autobuses con inmigrantes a diversas ciudades.
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Una vez que pudieron dejar el refugio, la pareja venezolana decidió iniciar un negocio de empanadas fritas. Desde entonces, se han hecho muy conocidos en la esquina de la calle California y la Avenida North, en el barrio Humboldt Park de Chicago, donde venden sus empanadas como una forma de salir adelante en su nueva vida en Estados Unidos.
"Las mejores empanadas venezolanas"
Su jornada comienza a las 2:00 a.m., cuando inician la preparación de las 100 empanadas que venden cada día en Humboldt Park, una zona cercana a oficinas gubernamentales donde inmigrantes, tanto venezolanos como de otras nacionalidades, van a realizar trámites. La pareja llegó a Estados Unidos hace un año, solicitando asilo. Pasaron seis meses en un refugio proporcionado por la ciudad de Chicago, cuando Texas comenzó a enviar autobuses con inmigrantes hacia diferentes ciudades.
El negocio de las empanadas fritas, hechas con harina de maíz precocida y rellenas con distintos ingredientes como carne, pollo o queso, le permitió a Aracelis y a Dalbert salir del refugio. "Ofrecemos empanadas de carne mechada, tequeños y también café, que es uno de los primeros productos en venderse. Con las ganancias, puedo cubrir los gastos del camión, los alquileres y ayudar a mi familia", compartió Aracelis Marín en una entrevista con Univisión.
La venezolana empezó vendiendo empanadas a sus amigos, pero pronto su fama por el sabor de sus productos se extendió, y así nació su emprendimiento. "Son las mejores empanadas venezolanas", afirmó su cliente y compatriota Jonathan Jauregui. Pronto esperan recibir su permiso de trabajo en EE. UU. "Quiero, si Dios lo permite, que esto crezca aún más una vez que me den mis papeles", añadió.
El cruce fronterizo más mortal para los indocumentados
La Oficina del Médico Forense del condado de El Paso informó que este año se han registrado 196 muertes en esta región, lo que representa un aumento del 20 % en comparación con los 148 fallecimientos reportados en 2023 y un 40 % más respecto a las 71 muertes contabilizadas en 2022.
El análisis realizado por el grupo humanitario No Más Muertes, que se basa en información proporcionada también por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), señala una falla sistemática en el registro de las causas de muerte de los inmigrantes. En particular, cuando la causa de la muerte es una caída del muro fronterizo.