TGI Fridays en Estados Unidos anunció en un comunicado que las repercusiones de la pandemia de COVID-19 fueron el “principal motor de nuestros desafíos financieros” y que utilizará el proceso del Capítulo 11 para “explorar alternativas estratégicas que garanticen la viabilidad a largo plazo de la marca”.
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TGI Fridays se declara en bancarrota
“Las acciones que hemos anunciado hoy son difíciles pero necesarias para proteger los mejores intereses de todas nuestras partes interesadas, incluidos nuestros franquiciados tanto nacionales como internacionales, así como nuestros valiosos miembros del equipo en todo el mundo”, afirmó Rohit Manocha, presidente ejecutivo de TGI Fridays.
La quiebra afecta a la empresa matriz de TGI Fridays, que opera 39 restaurantes, pero no a los franquiciados que controlan los locales restantes. La empresa ha asegurado financiación para que todos los restaurantes continúen funcionando normalmente mientras avanza el proceso de quiebra.
TGI Fridays ha “detenido el cronograma de pagos de alquiler de este mes a los propietarios y otros proveedores, brindándoles un respiro para reestructurarse”, comentó John Bringardner, director de Debtwire, a CNN. Agregó que la empresa matriz “probablemente tendrá que cerrar o vender locales no rentables como parte de la reestructuración”.
TGI Fridays comenzó sus operaciones en 1965 en Manhattan, creado como un lugar de encuentro para solteros, y fue una de las primeras grandes cadenas en popularizar el concepto de “happy hour”. Su menú ofrece una amplia variedad de platos tradicionales estadounidenses, como alitas de pollo, pieles de papa y hamburguesas.
Los comensales reconocen al instante su decoración kitsch, que incluye lámparas estilo Tiffany y grandes cabinas rojas, junto con una barra que suele ser el punto focal del establecimiento. Además, su personal de servicio era conocido por usar “flair”, o pines y otros elementos decorativos en sus uniformes, un rasgo que se convirtió en una broma en la película de 1999 “Office Space”.
TGI Fridays nunca se recuperó completamente de la pandemia, que obligó a cerrar los comedores interiores durante varios meses. Esta situación, sumada a la presión inflacionaria sobre su clientela de clase media, generó un caos financiero para la cadena, que cuenta con casi seis décadas de historia.
En enero de 2024, TGI Fridays cerró abruptamente docenas de locales en todo Estados Unidos y ha continuado cerrando restaurantes de forma silenciosa. La semana pasada, cerró 50 locales, reduciendo su total a 163. Antes de esta ola de cierres, TGI Fridays contaba con alrededor de 270 establecimientos en el país.
TGI Fridays es propiedad privada de TriArtisan Capital Advisors, una firma de capital privado, lo que significa que no se publican sus resultados financieros. Sin embargo, la compañía indicó el año pasado que proyectaba ventas totales de 1.600 millones de dólares en 2022, con un crecimiento del 8 % en las ventas en las mismas tiendas en EE.UU. en comparación con 2019.
La cadena también ha renovado su menú para competir mejor, especialmente con Applebee's y Chili's, añadiendo sushi, actualizando su selección de cócteles y renovando sus aperitivos.
En septiembre, las operaciones de TGI Fridays en el Reino Unido también enfrentaron dificultades. Una propuesta de adquisición por parte de su franquiciado británico fracasó, lo que llevó a la empresa a declararse en quiebra. Actualmente, está cerrando docenas de restaurantes en la región, lo que resultará en la pérdida de 1,000 puestos de trabajo.
TGI Fridays se une a cadenas como Red Lobster y Buca di Beppo, que también se declararon en bancarrota en los últimos meses; sin embargo, Buca di Beppo ha salido de la bancarrota y ha contratado a un ejecutivo de PF Chang's para revitalizar el negocio.