Su rostro reflejó lo que sucedió en la tarde del domingo en el estadio Carlos Vidaurre García de Tarapoto. O mejor dicho, reflejó la maldad, el desinterés y la desfachatez de un grupo de dirigentes que, por suerte, ya no estarán más en la primera división del fútbol peruano. Se llama Diego Armando, como Maradona, aunque su puesto es opuesto al de la leyenda argentina: es portero. Tiene 19 años y el fin de semana cumplió su sueño de debut profesionalmente, aunque el contexto no fue el que se imaginaban cada vez que regresaba a casa cansado después de las sesiones de entrenamiento.
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Diego López Quispe se estrenó en Unión Comercio el último fin de semana al igual que otros dos compañeros (el defensor Alexander Vinces y el atacante Giacomo Ugarelli) producto de una cobardía dirigencial de la cual la propia Liga 1, mediante sus bases, fue cómplice. Al ya estar descendidos, el club decidió separar a varios integrantes de su plantel y afrontar el duelo por la penúltima fecha del Clausura, frente a Sporting Cristal, con juveniles. “Seguramente nos vamos a comer una goleada, pero prefiero jugar con estos jóvenes que tratan de salir adelante que jugar con vendidos y borrachos”, posteó, sin vergüenza alguna, Christian Chávez, vicepresidente de la institución.
Con cuatro suplentes, tres debutantes y varios juveniles, Unión Comercio chocó ante Cristal. Y el resultado, aunque fue histórico, no sorprendió: 12-0 a favor de los rimenses. De un lado, un equipo profesional con todas sus figuras; del otro, jóvenes tuvieron la valentía de pararse en un campo de fútbol y dar la cara por dirigentes que deberían ser sancionados por su manera de gestionar. “No estuve en el partido. Mi vínculo terminó luego del partido en Tarma. Sin embargo, obviamente, me dolió que el equipo haya perdido de esa manera, con juveniles que empiezan sus carreras. Ojalá puedan reponerse de esta dura derrota”, declaró el extécnico Alejandro Russo.
El fútbol peruano recordará el partido porque es, hasta ahora, la mayor goleada en la historia de la competición. Sin embargo, cada tanto, cada festejo celeste, era como un puñal directo al corazón de Diego López, el más afectado. Soñó con ser portero profesional, luchó como pocos para lograrlo y cuando lo consiguió se estrelló con una pared que la dirigencia de su mismo club le puso.
Lo bueno, dentro de todo lo malo, es que a través de las redes sociales, los actores del fútbol peruano -exfutbolistas, entrenadores, periodistas e hinchas- se unieron sin importar la camiseta para alenatar al portero. Fueron su soporte en horas en las que probablemente la haya pasado mal. Y aunque no se pronunció de manera verbal, agradeció a través de su cuenta de Instagram. “Quiero agradecer a mis padres por estar a mi lado. También a las personas que me han estado etiquetando y enviándome mensajes motivadores. Les agradezco mucho de corazón por todo el apoyo incondicional que estoy recibiendo por su parte y mi familia. Bendiciones a todos”.
De portero a portero
Los mensajes de aliento fueron llegando al celular de López. Uno tras otro. Comentarios en los que le pedían que siga adelante, que su carrera recién empieza. Pero uno de ellos cambió su vida: Pedro Gallese, seguramente el portero que tiene como referente, no fue ajeno a la situación que estaba pasando y se pronunció.
“El puesto de arquero es para valientes y sé que tú lo eres. Que esto te sirva de motivación para la larga carrera que tendrás. No caigas, siempre cabeza arriba. Te deseo lo mejor, no pares de entrenarte”, le aconsejó el primer portero en la historia de la selección peruana en disputar cien partidos con la Bicolor. Un mensaje al que Diego podría aferrarse en los momentos más difíciles.
Y Pedro no fue el único, Jefferson Farfán también se solidarizó con el guardameta. “Vamos crack, ahora se ven los cracks como tú”, escribió la ‘Foquita’ en su cuenta de Instagram.
Dos ídolos del fútbol peruano, que han conseguido los objetivos que todo juvenil sueña cuando va camino a la profesional, han mostrado su apoyo a Diego López, el portero que sufrió la cobardía de dirigentes que no merecen ocupar puestos importantes en el balompié nacional.
