Si hay un año que puede definirse como el más importante para entender el beisbol en México, sin duda 1981 debe ser el elegido por consenso general. Fue hace 43 años que se dio el último enfrentamiento en Serie Mundial entre New York Yankees y Los Angeles Dodgers, con victoria para estos últimos y el punto más alto de la Fernandomanía, ese hito que marcó un antes y después en el deporte de nuestro país y de las Grandes Ligas.
Fernando Valenzuela, quien a mediados de semana dejó este plano terrenal, fue fundamental para que los Dodgers se recuperaran de una desventaja de 0-2 ante los Mulos de Manhattan y, como un fénix entre las cenizas, se levantó de lo que parecía iba a ser el tercer descalabro y comandó a los angelinos para ganar el primero de los cuatro triunfos que necesitaban para quedarse con el clásico de otoño.
Y La Afición estuvo ahí en ese momento histórico. El primer diario deportivo de México atestiguó este capítulo histórico del deporte gracias a la pluma de Tomás Morales Fernández, uno de los cronistas más importantes que ayudaron a darle forma al rey de los deportes desde los medios de comunicación.
El momento de responder
Los Dodgers perdieron los dos primeros juegos en el antiguo Yankee Stadium, con pizarras de 5-3 y 3-0 para los Bombarderos del Bronx. La serie se movió al Dodger Stadium, ese inmueble en Chávez Ravine que pasó de ser un símbolo de opresión y repudio por el desalojo de los mexicoamericanos a finales de los años cincuenta, a el recinto en el que el Toro de Etchohuaquila se volvió en un estandarte de la comunidad hispana y enamoró a todos con su clásico tirabuzón desde la lomita.
Ron Cey puso a los angelinos al frente con un cuadrangular productor de tres carreras en la parte alta de la primera entrada, pero el juego se le complicó a Fernando ante los poderosos bates neoyorquinos: en el segundo inning, Bob Watson le conectó un jonrón y una línea de Larry Milbourne remolcó a Rick Cerone, quien empujó dos carreras con un cuadrangular en el tercer episodio.
Cuatro entradas difíciles para Valenzuela, recordó Tommy Morales en su crónica: “su famosa bola de tirabuzón lució bastante descontrolada y no fueron pocas las veces que el manager Tom LaSorda estuvo a punto de sacarlo, pero la gran confianza que el regordete manejador de los Dodgers le tiene a Valenzuela lo hizo sostenerse, apoyado además por más de 56 mil espectadores”, los cuales registraron la mejor entrada en el estadio en aquella época.
El pitcher mexicano colgó su primer cero en el quinto episodio, sin corredores en bases y con un mejor control. Aunque ya había pasado los 100 lanzamientos para ese momento, “nunca se le notó cansado, al contrario, se le veía centrado y muy seguro y cuando llegó la novena entrada se le notó mucha seguridad en todos sus lanzamientos”, escribió Tommy Morales en su crónica. Porque Fernando lanzó toda la ruta y, respaldado en el quinto capítulo por el doble de Pedro Guerrero y un doble play de Mike Scioscia en el que Roy Cey anotó, los Dodgers ganaron ese juego.
“Hoy Valenzuela nos hizo vibrar de emoción y nos hizo ver una vez más lo hermoso que es el beisbol”, inmortalizó el cronista deportivo en las páginas que La Afición publicó sobre aquel juego del 23 de octubre de 1981.
El camino hacia el éxito
¿Qué hubiera pasado si LaSorda no confiaba en su ganador del premio Cy Young ese y lo sentaba? Es probable que los Dodgers no hubieran reaccionado y que los Yankees barrieran la Serie Mundial, pero el espaldarazo del manager fue un impulso anímico que ayudó a que el novato volviera a ver al cielo, encontrar la fe y llevar la Fernandomanía a su punto más emocionante.
Porque esa fue la primera victoria que necesitaban los angelinos para no volver a mirar hacia atrás: ganaron los otros dos en el Dodger Stadium y volvieron al Bronx para proclamarse campeones de las Grandes Ligas por primera vez desde 1965. “¡Dodgers! ¡Dodgers! Se desinfló el Yanquis, perdió el sexto juego (9-2) y la Serie”, celebró La Afición en su edición del jueves 29 de octubre de 1981.
43 años después, Yankees y Dodgers vuelven a enfrentarse en el escenario más importante del beisbol. Hay nuevas figuras como Aaron Judge y Shohei Ohtani, pero el recuerdo de Fernando enciende las emociones en el diamante.
Así lo dijo
“Fue el juego más difícil que haya tirado, porque tuve muchos problemas con mi control. No pude entrar en mi ritmo hasta la segunda parte del juego”
Fernando Valenzuela
Sobre el Juego 3 en la Serie Mundial de 1981
“Hubo un par de veces cuando era posible que lo hubiese sacado, pero gracias a Dios no lo hice. Lo pensé, pero me dije que este es el año de Fernando”
Tom LaSorda
Mánager de Dodgers en 1981
MGC