Qué incómoda es la duda a falta de tan poco. Qué fastidio supone tener que revisar las certezas que venían confirmándose sólidamente en el imaginario del plantel, del comando y, por extensión, del pueblo crema. Qué lata que las afirmaciones tantas veces pronunciadas se conviertan de pronto en inesperadas preguntas: ¿Pérez Guedes es la mejor alternativa en su puesto?; ¿Bustos está a la altura de las circunstancias?; ¿Calcaterra garantiza salidas limpias?; ¿Edison Flores es indiscutible?
LEE: Alianza, Cristal y Melgar: millones de dólares en juego en dos partidos para clasificar a la Libertadores
Ningún jugador debería ser cuestionado solo por un partido, pero son precisamente los Clásicos frente a Alianza o Cristal donde se espera de ciertos hombres que aparezcan en toda su plenitud, con toda su jerarquía. El miércoles no ocurrió eso. Cristal ganó con justicia y, sin tampoco mostrar nada del otro mundo, supo maniatar al expuntero al punto de hacerlo sentir vulnerable, nervioso, despoblado de ideas.
APERTURA
Universitario 1-0 Grau
Universitario 2-0 Melgar
Universitario 2-0 Sport Huancayo
Universitario 1-0 Cusco
Universitario 1-0 Alianza Atlético
Universitario 6-0 Comerciantes Unidos
Universitario 4-1 Sporting Cristal
Universitario 4-0 Los Chankas
CLAUSURA
Universitario 6-0 Mannucci
Universitario 2-1 Alianza Lima
Universitario 1-0 UTC
Universitario 3-1 Garcilaso
Universitario 1-0 César Vallejo
Universitario 3-0 Sport Boys
Universitario 1-0 Unión Comercio
Ese fue el mayor mérito del equipo celeste: que la U no consiga reconocerse, primero, ni recuperarse después. No lo dejó. Lo neutralizó hincándole las agujas adecuadas en los nervios correctos. ¿Resultado? Una derrota que duele en el sentimiento más que en la tabla; y unas dudas que corroen el punto fuerte del cuadro de Bustos: la cabeza.
Las dudas en mayo se agradecen; cerca de Navidad, se maldicen. Dicen que la U depende de sí misma para salir bicampeón en el año de su centenario. Numéricamente es verdad, pero falta que aparezca lo más difícil: el aplomo del último tramo, la convicción de que el 2024 tiene un solo desenlace posible. Eso que los viejos próceres del club nos enseñaron a llamar garra.