NUEVA YORK.- Cuando la última pelota de Brian Baker se fue larga, Federico Delbonis respiró, se llevó el índice izquierdo a la sien y sacudió un puño. Signos de lo que le había costado doblegar a un adversario de 31 años, 312º del ranking, que había ganado dos encuentros en el año, que estaba 7-11 en partidos de Grand Slam y que había visitado quirófanos más veces que las que cualquier persona resistiría.
Así debutó el azuleño en el Abierto de Estados Unidos, en una jornada calurosa que tomó aún más temperatura con el mini recital de Phil Collins en la inauguración oficial del fastuoso techo del estadio Arthur Ashe. Y le dio alivio a Daniel Orsanic. El capitán del equipo argentino de Copa Davis vino a evaluar a los candidatos a jugar la serie semifinal contra Gran Bretaña (16 al 18 de septiembre) y tendrá una nueva chance de mirar al que resultó la figura frente a Italia. Que no por ser el héroe del 3-1 en Pesaro tiene asegurado un lugar sobre la superficie dura del Emirates Arena de Glasgow.
Es más: una derrota a manos de Baker habría sido la quinta en fila para Delbonis. Luego de asombrar en los cuartos de final por la Ensaladera de Plata, el zurdo perdió consecutivamente en Toronto (Masters 1000), en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en Cincinnati (Masters 1000) y en Winston Salem. "Era lógico tener un bache. Durante todo el año había jugado en un gran nivel, con resultados muy buenos. Tuve baches muy cortos, de un torneo. Una racha así podía pasar, aunque obviamente nadie la quiere. Siempre uno en esas rachas se replantea muchas cosas, y eso hace que se ponga más ansioso o nervioso. En los últimos partidos no venía sintiéndome bien y se notó en los dos primeros sets", le contó Delbonis a LA NACION.
Pues ayer parecía encaminarse a un quinto traspié en fila, cuando Baker le había ganado esos primeros parciales (6-3 y 7-6). "Estuve un poco nervioso en los dos primeros sets. Un poco ansioso", explicó, antes de advertir que el estadounidense era "un gran jugador, que tuvo momentos muy buenos. Era un jugador muy peligroso en polvo de ladrillo". Como fuera, lo cierto es que Delbonis estaba errático en un partido de puntos cortos. Innecesariamente cortos.
Suele pasar que los encuentros al mejor de cinco sets ajustan las cosas a largo plazo. Y las cosas se normalizaron a partir del tercer tramo. "Cuando fui al baño para cambiarme hice un clic, me calmé, me di otra chance. Pasé a jugar más pausado y marqué la diferencia, más lúcido, sin cuidarme tanto, moviendo al rival y haciéndolo equivocarse", contó el argentino. Es verdad, también, que al ajetreado físico de Baker se le acabó el combustible en una tarde brava en lo climático. Por eso el vuelco tan abrupto: 6-4, 6-2, 6-2.
Delbonis sigue en camino y tendrá nuevas oportunidades de enderezar el rumbo. Mañana le tocará el ganador del choque entre los españoles Guillermo García López y Roberto Bautista Agut, ya un preclasificado (15º), que anoche se medían en el court 7. Ganarle sería otra inyección a la autoestima tenística, que se debilitó tras la seguidilla de derrotas. "Cuando uno no está bien, tanto en confianza como en tenis, se cuestiona cosas. Cosas que cuando uno está bien ni se las pregunta. A todos los jugadores les pasa. La cuestión es que esos baches sean lo menores posible", sostuvo Delbo, que fue alentado por unos cuantos argentinos en la cancha 4.
El azuleño es capaz de grandes cosas. Alguna vez se impuso al suizo Roger Federer. Este mismo año superó al escocés Andy Murray, en el Masters 1000 de Indian Wells, de superficie tan dura como la que habrá dentro de dos semanas y media en Escocia. Pero él no proyecta tan lejos: su meta es ahora la segunda etapa de Flushing Meadows. "Todavía no pienso en la serie de Copa Davis. Prefiero digerir esta victoria después de un par de primeras ruedas malas, y más en un torneo de Grand Slam. Cuando hable con el capitán y vea si estoy o no, me pondré a pensar. Estaría apurándome si mirara eso antes de la segunda rueda. El capitán todavía no tiene decidido qué va a hacer", descartó el jugador, de 25 años. Por cierto, Orsanic tiene una opción interesante en el bahiense Guido Pella (26 años), que en pleno ascenso en su carrera ayer se deshizo sin problemas del local Björn Fratangelo en tres sets: 6-3, 6-4 y 6-4.
La duda queda: ¿cuál es Delbonis? ¿El del Circolo Tennis Baratoff de Pesaro o el de la racha de cuatro caídas sucesivas, que debió padecer aquí ante el 312º del mundo? "El de los últimos tres sets [contra Baker] fue Federico Delbonis", aseveró el azuleño. En el último torneo de Grand Slam tiene al menos un examen más como para demostrar esa afirmación.
Tras el 2-2 inicial, el debut de Del Potro y de otros cinco argentinos
NUEVA YORK (De un enviado especial).- Los que "debían" ganar, Federico Delbonis y Guido Pella, ganaron. Los que "debían" perder, Facundo Bagnis (abandono vs. Marcos Baghdatis) y Guido Andreozzi (tres sets vs. Jo-Wilfried Tsonga), perdieron. Y así, con saldo neutro, se resolvió la jornada inaugural del US Open para los argentinos. En la segunda serán siete los que se estrenarán. El más importante es Juan Martín del Potro, que se medirá en el tercer turno del estadio Louis Armstrong con Diego Schwartzman (aproximadamente a las 16). "Estar tan cerca de no jugar nunca más y volver a vivir este lugar, donde no estaba desde hacía mucho, me pone muy feliz. Lo disfruto mucho más ahora, por todo lo que me costó estar acá", contó el ex campeón. El resto: Juan Mónaco, 4º turno, vs. Marcel Granollers (España); Carlos Berlocq, 4º turno, vs. Paolo Lorenzi (Italia); Horacio Zeballos, 3er turno, vs. Florian Mayer (Alemania), y Nadia Podoroska, 2º turno, vs. Annika Beck (Alemania).