Las explosivas declaraciones de Luis Suárez sacudieron el ambiente en el fútbol uruguayo. Y repercutieron en todos los estamentos, desde el Ejecutivo de la AUF hacia abajo. Pero donde más le interesa al hincha es en el ámbito del equipo, de la cancha. Estamos a horas de la doble fecha eliminatoria ante Perú en Lima y frente a Ecuador en Montevideo y en este caso, y no es la excepción, las aguas se dividieron a favor y en contra del delantero y a favor y en contra del entrenador.
Me cuesta creer cómo los jugadores no reaccionaron antes. Para evitar que la sangre llegue al río se determinó que hablen los referentes. Ninguno desmintió a Suárez.
Nadie duda de las extraordinarias virtudes del entrenador que son reconocidas en todo el mundo fútbol, pero tampoco nadie duda de los problemas que tuvo con varios planteles y jugadores en particular.
Aquí no se cuestiona futbolísticamente a Bielsa. Se le cuestiona su manera de ser en el trato personal con cada uno de los jugadores y el personal del Complejo.
Yo no puedo afirmar ni una cosa ni la otra, pero sí está claro que las renuncias han estado a la orden del día desde su llegada. Porque nos acordamos de los jugadores, Vecino, Muslera, Cavani, pero recordemos al intendente del Complejo Celeste, Claudio Pagani, el entrenador de arqueros, Carlos Nicola, el cambio en la sanidad, la ida del doctor Pan y el cambio de humor y del trato con los funcionarios vinculados a la Selección uruguaya.
Algo tiene que quedar claro porque siempre sucede con estas cosas: la gente se pone a favor y en contra, según el color de la camiseta, sin pensar ni en lo importante ni en lo verdadero.
Se dice que Luis habló ahora y dinamitó todo porque el entrenador no le aseguró titularidad hasta diciembre y no es así. Eso sí lo afirmo. Suárez habló antes con Bielsa que lo escuchó y le contestó, dicho por el jugador, "gracias, Luis". Es decir que las cosas no estaban bien y va a ser bueno que cuando se junten con el entrenador las cosas se aclaren.
Los futbolistas, el personal del Complejo y hasta los chicos de las selecciones formativas sub15, sub17 y sub20, durante los 15 años de Tabárez, estaban acostumbrados al respeto, la buena convivencia. El buen día, buenas tardes y buenas noches estaba a la orden del día.
Quizá Bielsa deba entender que en Uruguay somos así.