Formar proyectos deportivos exitosos siempre tendrá apuestas arriesgadas, pero Las Vegas Raiders parecen haber tomado una decisión correcta con la elección de Brock Bowers con el turno número 13 del Draft de 2024 en abril.
El ala cerrada novato ha tenido un comienzo prometedor en la NFL con 15 recepciones para 156 yardas, colocándose como líder de entre todos los alas cerradas después de dos semanas en esta temporada. Una combinación de talento y disciplina que ha dado sus primeros frutos en el equipo y que sin duda puede darle mayores dimensiones al ataque aéreo de Las Vegas.
Una selección bien hecha
Cuando se trata de reclutar novatos en el Draft, hay diferentes factores que se deben considerar: desde buscar piezas angulares en ambos lados del balón, llenar esas posiciones donde falta talento o ir por el mejor jugador disponible. Esa última fue la decisión de Antonio Pierce en su primer año como head coach de tiempo completo y de Tom Telesco, quien llegó este 2024 como gerente general.
La decisión fue bien tomada, ya que no había quarterbacks disponibles dentro de ese pick, además de que se trataba del jugador mejor valorado y disponible. Dejarlo ir hacia otro equipo no iba a ser opción.
El único tema que se cuestionó es que los Raiders ya habían elegido a un jugador de esa misma posición un año antes. Michael Mayer fue elegido con el turno 35, en la segunda ronda… pero fue durante la gestión de Dave Ziegler y Josh McDaniels como gerente y coach, respectivamente. La idea fue fortalecer el arsenal ofensivo y tener dos tight ends de calibre en vez de solo uno.
Es verdad que todavía es muy pronto para hablar del impacto de Bowers en la NFL, pero el egresado de Georgia demuestra por qué se le ha considerado un prospecto de gran calibre desde 2021, además de sus reconocimientos como el mejor ala cerrada universitaria en 2022 y 2023. El dos veces campeón del futbol americano con los Bulldogs rompió la marca que un histórico como Mike Ditka tuvo por 63 años: más yardas para un tight end novato en sus primeros dos partidos, cuando registró 148 yardas en dos inicios con Chicago Bears en 1961.
Movió las cadenas
Los números son importantes, tanto al influir en el marcador como para mantener viva una serie ofensiva. Bowers fue fundamental en el triunfo sobre Baltimore Ravens por 26-23, al acabar con nueve recepciones en esas mismas oportunidades para 98 yardas, sobre todo cuando lo involucraron más en el ataque.
En la primera mitad apenas fue buscado para tres recepciones y 16 yardas; pero fue en el tercer y último cuarto que tuvo un rol importante en el ataque, con seis recepciones y 82 yardas, con una recepción de 27 yardas que metió a su equipo a la yarda 1 de Baltimore y permitió el acarreo de una yarda de Alexander Mattison para acercar a los Raiders a tres puntos; fue buscado tres veces más para 41 yardas y Las Vegas empató el juego a 23 puntos con el envío del quarterback Gardner Minshew con Davante Adams (receptor principal).
Grandes expectativas
Quedan 15 partidos por delante, pero si mantiene el ritmo, se espera que Minshew lo busque alrededor de 145 veces en la campaña (ha sido objetivo en 17 ocasiones), con lo que podría terminar por encima de las 100 recepciones. El año pasado, ningún ala cerrada fue más buscado que Evan Ingram (Jacksonville Jaguars), ya que le lanzaron el balón 143 veces y convirtió 114 recepciones para 963 yardas (8.4 en promedio) y cuatro touchdowns.
Hasta la fecha, ningún ala cerrada ha sido más buscado como lo fue Zach Ertz con Philadelphia Eagles en 2018, al ser el objetivo de los pases de Carson Wentz y Nick Foles en 156 ocasiones. Ertz fue líder del equipo esa campaña en recepciones (116), yardas 1,163) y touchdowns (8), con la diferencia de que él llevaba seis años en la Liga.
Si bien es difícil mantener un ritmo tan contundente como el que tuvo en la Semana 2 ante Baltimore, Bowers tiene el potencial para quitarle presión a Minshew y Adams, además de ser uno de los alas cerradas de mayor impacto en el año.
RGS